"Podemos ayudar a que los estados se financien para reequipar a las policías locales y estaduales", dijo Temer al inicio de una reunión en Brasilia que contó con la presencia de todos los gobernadores del país y de varios ministros.
En muchos estados, como en Río de Janeiro (sureste), que se encuentra en situación técnica de bancarrota, la crisis económica afectó gravemente a los cuerpos policiales, que en muchos casos trabajan con armamento o chalecos antibalas defectuosos y en condiciones de gran precariedad laboral.
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Para subsanar esos problemas el 'Plan Nacional de Seguridad' ideado por el Gobierno contempla un calendario de prioridades, según detalló el presidente.
Mejorar infraestructura
Para este 2018 el principal objetivo es mejorar la infraestructura de los cuerpos policiales y la coordinación entre los diferentes estados, que en la mayoría de casos luchan contra el narcotráfico de forma aislada.
Concretamente, el Gobierno pretende construir 30 nuevas cárceles (25 estaduales y cinco federales), aunque el propio Temer ya admitió que "no serán suficientes" para desahogar el masificado sistema penitenciario de Brasil.
La seguridad pública pasó a ser una prioridad del Ejecutivo desde mediados del mes de febrero, cuando decretó una intervención en el estado de Río de Janeiro que supuso colocar a las Fuerzas Armadas al mando de la seguridad pública de esa región.
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Además, esta semana Temer creó el nuevo ministerio de Seguridad Pública, medidas que según diversos analistas políticos buscan aumentar su popularidad, dado que la inseguridad está entre las principales preocupaciones de los brasileños.