El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, dispuso "tres días de duelo por el deceso del cabo Franco Sebastián Ferraro", el policía de 29 años que falleció de manera instantánea durante la refriega al recibir un disparo en la cabeza.
El enfrentamiento se produjo cuando los policías interceptaron a un grupo de asaltantes que intentaban huir con un botín de cerca de tres millones de pesos (150.000 dólares).
El fiscal responsable de la investigación judicial, Rubén Caro, indicó que se trataría de "un grupo de entre seis y siete delincuentes fuertemente armados" "gente profesional" y "muy organizados" de entre 30 y 60 años.
Los agentes sorprendieron a los ladrones cuando salían del lugar que asaltaron, la administración del consorcio de un edificio.
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Tras el tiroteo, los policías requisaron una ametralladora, un bolso con más de una veintena cargadores para armas de alto calibre y dos vehículos que se pretendían utilizar para escapar tras el robo.