"Lo procedente es instalar el ciclo quinto [de conversaciones], para renegociar un nuevo cese bilateral que resulte más favorable a la población y darle desarrollo a los puntos de la agenda, que comienzan con la participación de la sociedad", señaló el Comando Central del ELN en un comunicado.
La guerrilla también pidió coherencia al Gobierno para continuar con los diálogos, que permanecen congelados desde el pasado 10 de enero y fueron suspendidos por el presidente Juan Manuel Santos el lunes pasado tras un ataque del grupo rebelde contra una comisaría en Barranquilla (norte).
El texto de nueve puntos detalla que el Gobierno llevó a cabo una serie de operaciones militares y violó acuerdos del cese del fuego que ambas partes sostuvieron entre el 1 de octubre de 2017 y el pasado 9 de enero, mientras el ELN cumplió con lo pactado.
"Este tipo de acuerdos, en asuntos militares, tienen una claridad explícita que se cumplió al pie de la letra por parte del ELN, en cambio el Gobierno no lo hizo, se negó a evaluar y optó por la justificación, negando el carácter bilateral de lo acordado", indica el comunicado.
Aunque el grupo rebelde dice estar dispuesto a asumir responsabilidades en lo que falló, no menciona nada respecto del asesinato de un líder indígena en Chocó (noroeste), supuestamente cometido por uno de sus frentes en octubre pasado.
Respecto de los ataques realizados luego de que concluyera el cese del fuego temporal el 9 de enero, el ELN explica que sus estructuras “quedaron en libertad para continuar realizando operaciones militares que venían en curso” y que el acuerdo “era suficientemente claro” en que se trató de una tregua temporal.
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"En el ELN existe el ejercicio del mando centralizado en el Comando Central y la Dirección Nacional, y nuestra Delegación de Diálogo tiene un mandato para continuar con el proceso de conversaciones, establecer acuerdos con base en la agenda pactada, así como también para establecer un nuevo acuerdo de cese bilateral de fuego", precisa el comunicado.
El Gobierno y el ELN (última guerrilla activa en Colombia) mantienen diálogos públicos de paz en Quito desde febrero de 2017 para poner fin a un conflicto armado de más medio siglo de existencia, similar al acuerdo que se alcanzó a fines de 2016 con la ahora extinta guerrilla FARC.
