El 17 de diciembre, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Piñera derrotó al candidato del oficialismo, Alejandro Guillier, quien contó con el apoyo explícito de Bachelet.
No obstante la contundente victoria, la coalición de derecha Chile Vamos que encabeza el mandatario no contará con mayoría en el Congreso.
Si Piñera quiere hacer reformas estructurales y modificar por ejemplo el sistema de pensiones, el sistema judicial o modernizar el Estado, deberá enviar proyectos de leyes orgánicas constitucionales, que necesitan un quórum de 4/7 para ser aprobadas, por lo que se verá obligado a buscar acuerdos con la oposición.
La reforma tributaria que Bachelet promulgó en 2014 y que estableció un alza gradual en los impuestos a las grandes compañías, beneficios tributarios para las pequeñas empresas y medidas contra la evasión y la elusión, es uno de los objetivos de Piñera.
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La reforma educativa implementada desde 2015, y que significó profundos cambios en múltiples aspectos en relación al acceso de la educación, también tiene chances de sufrir modificaciones una vez que Piñera llegue al Palacio de la Moneda (sede del Gobierno).
El próximo presidente de Chile también ha reparado en esta reforma, planteando cuestionamientos a la medida que permitió terminar con la selección en los colegios, pero también ha dicho que continuará con el beneficio de gratuidad en la educación superior.
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Asimismo, prometió "cambios" en la ley de aborto, que despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales, y que fue considerada por Bachelet como uno de los mayores logros de su administración, que culmina el próximo 11 de marzo.
Oposición en las calles
La Coordinadora No+Afp, organización social que lucha por eliminar el actual sistema privado de pensiones, se reunirá los días 12 y 13 de enero para coordinar las actividades que llevarán a cabo durante el nuevo Gobierno, planeando manifestarse en todo Chile.
"Estamos convencidos de que la demanda que representamos es urgente y concita el apoyo de la gente, lo que planteamos es que (en 2018) habrá mucha más movilización", dijo al diario Pulso el vocero de la organización, Luis Mesina.
Su vocero, Alfonso Mohor, dijo a Pulso que el segundo Gobierno de Piñera será el "peor escenario" para las demandas de los estudiantes, pues "tiene una relación demasiado estrecha con el negocio en la educación".
El primer mandato de Piñera estuvo marcado por las manifestaciones sociales, sobre todo las marchas estudiantiles; en 2011 se desarrolló la llamada "revolución pingüina", donde cientos de miles de estudiantes salieron a las calles para manifestarse por mejoras en el acceso a la educación.
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A esto se le sumaron movilizaciones por el precio del gas en la región de Magallanes, al extremo sur del país, movimiento que terminó con cambios de gabinete y modificaciones en la agenda del entonces presidente.
Estos fenómenos hicieron que la aprobación de Piñera cayera a 26% en 2011, la más baja en la historia hasta ese año.
