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Uruguaya sobreviviente: ninguna mujer que sufre violencia "tiene la culpa"

© AFP 2023 / Miguel SchincariolMarcha contra la violencia de género (archivo)
Marcha contra la violencia de género (archivo) - Sputnik Mundo
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MONTEVIDEO (Sputnik) — La violencia contra las mujeres no da tregua en América Latina, con un promedio de 12 feminicidios diarios, pero existen ejemplos de supervivientes que juntaron fuerzas y superaron esa situación gracias al apoyo de organizaciones feministas.

"Me hicieron creer que yo era la que generaba el problema porque venía de un entorno violento, pero al acercarme a asociaciones feministas, leer libros y hacer terapia me di cuenta de que todo es un patrón social, no era yo la que provocaba esa situación" de violencia, cuenta a Sputnik Irene, nombre ficticio de una mujer uruguaya que sufrió maltrato de su pareja durante años.

Una mujer (imagen referencial) - Sputnik Mundo
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En Uruguay, de apenas 3,3 millones de habitantes, siete de cada 10 uruguayas aseguran haber sufrido violencia de género en algún momento de sus vidas, reveló una primera encuesta nacional sobre estos temas, publicada en 2014.

Además, en lo que va del año se han registrado 29 feminicidios, según datos de la Coordinadora de Feminismos.

En América Latina y el Caribe al menos 12 mujeres son asesinadas cada día por el simple hecho de ser mujeres, señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en un estudio publicado en 2016.

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Irene tomó conciencia de lo que significa la violencia machista cuando, años atrás, una compañera de trabajo fue asesinada por su pareja.

"Ahí aprendí que la violencia no empezaba cuando alguien te levanta la mano, sino mucho antes, por eso si ahora alguien me controla para ver quién me llamó, o dónde estoy, o me pregunta si tengo muchos amigos varones, no quiero saber nada, porque ya sé cómo termina la historia", asegura.

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Esta mujer de 30 años explica que con su primera pareja la violencia psicológica siempre estuvo presente, mientras que la física llegó después de que ella diera a luz un hijo de ambos.

"Aguanté en silencio como mecanismo de defensa, para que todo estuviera tranquilo, pero cuando nació el bebé nada mejoró, todo eran reproches y a poco de que naciera me pegó cuando lo sostenía en brazos", cuenta Irene pese al miedo que aún hoy siente.

Tras ese episodio de violencia, decidió denunciar a su pareja y aconseja hacer lo propio a otras mujeres, pero siempre en compañía de alguien que proporcione apoyo.

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A partir del embarazo, asegura, se dio todo un control social a su alrededor.

"Parece que al tener un hijo con alguien vas a ser su mujer de por vida; en el barrio comienzan a controlar cómo te vistes, dónde vas, con quién estás (…) los vecinos se suman a ese control por la mentalidad machista que existe", dice esta joven.

A ella, esa presión la obligó a mudarse a otra zona de la ciudad.

Después de esa experiencia solo ve al padre de su hijo en encuentros programados: "Al menos se le fue esa obsesión que tenía conmigo", relata ahora aliviada.

Independencia económica

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Irene inició más tarde una nueva relación con alguien que ya conocía desde la infancia, lo que le dio mayor confianza y, ante su precaria situación económica, decidió irse a vivir con él, pues Uruguay cuenta con pocos centros para mujeres con hijos "y no siempre es fácil entrar" a esos refugios, comentó.

"Empezó siendo amable, pero terminó controlando todo, no quería que saliera a la calle cuando él se iba a trabajar y siempre me llamaba para ver qué estaba haciendo", explica Irene, quien destaca la importancia de la independencia económica y "de no entusiasmarse con esa idea del amor romántico, del príncipe azul que viene a salvarte".

La desigualdad distributiva es precisamente uno de los mayores obstáculos para la autonomía económica de las mujeres, según datos de la Cepal, que asegura que "más de la mitad de las mujeres de la región no tiene ingresos propios o sus salarios son inferiores a un salario mínimo".

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El 7% de las mujeres de la región recibe como único ingreso una transferencia del Estado, indicó el organismo.

"Los ingresos que dependen de una transferencia del Estado no dependen de las capacidades de quien los recibe, sino de decisiones políticas y son vulnerables en situaciones de crisis económicas", publicó la Cepal en octubre de 2016.

Llegar a todas las mujeres 

Tras fuertes discusiones y palizas, Irene decidió finalmente dejar a su segunda pareja, pero también temía quedarse en la calle; al no conseguir entrar en un centro para madres con hijos, optó por pedir ayuda a su madre.

"Hay que tener claro que no es nuestra culpa, no buscamos esa situación, ellos (los maltratadores) intentan alejarte de tus amigos y tu familia, te aíslan, y llega un momento en el que crees que no tienes a nadie y no es así", explicó la joven, quien insiste en la importancia de acudir, por ejemplo, a movimientos feministas y grupos de mujeres.

También advierte que es necesario informar "por diferentes vías" a las mujeres víctimas de violencia sobre las posibilidades que existen para salir de esa situación, principalmente cuando se trata de personas de escasos recursos económicos y educativos.

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"Es necesario informar por diferentes vías y con otro lenguaje porque es difícil llegar a ciertos barrios carenciados donde muchas mujeres solo conocen una vida: buscan una pareja cuando son pequeñas, luego se casan y tienen hijos; no hay más", explicó a esta agencia.

Irene, pese a todo lo que ha vivido, tiene la satisfacción de haber recuperado su espacio y ahora se anima incluso a cantar, porque le ayuda a "largar el dolor, la bronca y la impotencia"; además, ahora siente que puede ayudar a otras mujeres "y eso significa que estás sanando", concluyó.

Los países que en América Latina y el Caribe que cuentan con políticas nacionales de protección para las mujeres pasaron de 24 en 2013 (74%) a 31 en 2016 (94%), pero la región sigue siendo la más violenta del mundo para ellas, según la Organización de las Naciones Unidas en un informe.

El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer. 

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