Junto a la notificación del presidente, la fiscalía hizo entrega de avisos similares a los ministros Eliseu Padilha, jefe de Gabinete de la Presidencia, y Moreira Franco, de la Secretaría General de la Presidencia, acusados de los mismos delitos que el primer mandatario.
Los denunciados tienen hasta diez sesiones del pleno de la Cámara para hacer sus descargos; a partir de ahí la comisión podrá reunirse hasta cinco veces para el parecer del relator del caso, que puede recomendar que la denuncia siga adelante o no.
Sin embargo, esa decisión no será vinculante, pues el voto decisivo es el del plenario, que finalmente deberá decidir si autoriza o no la apertura de una investigación en el Tribunal Supremo Federal contra el presidente.
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La Fiscalía acusó a Temer de ser el "líder" de esa organización, que habría desviado al menos 587 millones de reales (188 millones de dólares) y, además, el presidente también fue denunciado por un delito de obstrucción a la justicia por intentar comprar el silencio de un importante delator de la operación Lava Jato.
Temer ya había sido denunciado por un delito de corrupción pasiva por presuntamente haber recibido sobornos del grupo cárnico JBS, aunque la Cámara de Diputados archivó la denuncia el pasado mes de agosto, evitando que el presidente perdiera el cargo.