"Son medidas de bioseguridad que permiten tener a los animales durante cierto tiempo, en cierta medida aislados, cumpliendo determinados estándares de seguridad que Uruguay ya los cumple, pero [ahora] se le da una garantía extra y certificación de uno por uno para levantar una restricción que es más que nada es una barrera no arancelaria", dijo Bonino, creador del sistema compartimento ovino, reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), en la que es delegado del sector privado.
Este procedimiento, que para Uruguay "no es costoso" y "se puede lograr gracias al status sanitario" del país, mejora la productividad de los cortes cárnicos ya que "hay un ahorro en todos los procesos, no hay que deshuesar y puede ir toda la res entera", aseguró Bonino, miembro de la junta de Asociación Rural del Uruguay.
Esta herramienta de bioseguridad, que fue avalada por la OIE, discrimina a los animales uno por uno y certifica que estén libres de enfermedades.
"Son ovinos, corderos que se conoce de donde proceden, se identifican uno por uno y se analizan uno por uno en laboratorios con tratamientos preventivos para certificar de que están libres de cualquier tipo de enfermedad que pueda complicar el comercio o ingresar a países que no las tienen", explicó.
Hasta ahora, la carne ovina con hueso no podía entrar en Estados Unidos por un posible riesgo de fiebre aftosa a pesar de que Uruguay es un país libre de aftosa con vacunación.
"Tenemos la ventaja de que la especie ovina en cinco meses puede tener gestación múltiple, de uno, dos o tres corderos si se les da la debida alimentación, más la genética que hay, y sobre todo la gran cultura ovina; si hay un gran atractivo de precio no tengas dudas que se reconvierte rápidamente la oferta", dijo el especialista.
Está autorización, además, puede atraer a otros mercados que quieran copiar la tecnología uruguaya, sobre todo en la región.
Lea más: Confirmados dos nuevos brotes de fiebre aftosa en Colombia
Uruguay exportó 8.395 toneladas de carne ovina con hueso en lo que va del 2017, lo que equivale a poco más de 34 millones de dólares, según el último informe del Instituto Nacional de la Carne publicado el 2 de septiembre.
