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Partidos brasileños cambian de nombre con miras a las elecciones de 2018

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RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — El cambio de nombre del viejo Partido Laborista Nacional de Brasil por Podemos es un ejemplo de la lavada de cara a la que se abocan muchas fuerzas políticas de este país para intentar superar el descrédito que despiertan en la opinión pública, cuando falta poco más de un año para las elecciones de 2018.

"Nuestra inspiración no es el 'Podemos' de España, sino el 'Yes We Can' del expresidente [estadounidense Barack] Obama", matizó en una entrevista con Sputnik el senador Álvaro Dias, candidato presidencial del Podemos brasileño, consciente de las comparaciones.

Podemos de Brasil es el antiguo Partido Laborista Nacional (PTN), una formación que en los últimos años ha ido dando bandazos ideológicos y que en la actualidad cuenta con 13 diputados y tres senadores.

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En 2010 formó parte de la coalición centroizquierdista que apoyo a la presidenta Dilma Rousseff (2011-2016), pero en las elecciones de 2014 se inclinó por el candidato de la derecha, Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña).

La presidencia del partido apoyó el "impeachment" (juicio político) a Rousseff el año pasado, pero algunos diputados consideraron que la destitución de la mandataria fue un "golpe".

Meses después el antiguo PTN formó parte de la base aliada del actual presidente Michel Temer, aunque salió rápidamente cuando estalló en mayo el escándalo que vincula al mandatario con sobornos del grupo empresarial JBS.

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El PTN se convirtió en Podemos en julio, un cambio de nombre que para Dias no tiene nada que ver con una operación de maquillaje: "Podemos es de verdad", recalca.

"Ante el cuadro degradado de los partidos en Brasil se hace necesario buscar una alternativa para salir de la misma cosa de siempre de los partidos ensuciados, donde la Operación Lava Jato está arrasando a los partidos tradicionales; el nombre tiene como objetivo remarcar esa diferencia", apuntó.

La coincidencia del nombre con el partido que surgió de las calles españolas con el movimiento del 15-M no gustó en España.

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"Queremos decir muy claramente que los que defienden a Temer no tienen nada que ver con nosotros; ningún amigo de Temer es amigo de Podemos", dijo en un vídeo el diputado madrileño de Podemos, Rafael Mayoral Perales.

Más allá de la polémica por el nombre, las coincidencias entre los dos partidos son pocas: el brasileño se define como "liberal" en la economía y tiene como uno de sus principales objetivos reducir el tamaño de la maquinaria pública, porque actualmente el Estado es "un paquidermo enorme, inactivo e incapaz de avanzar", según Dias.

El senador toma la bandera de la renovación política y la coherencia en la defensa de las ideas, pero lo cierto es que lleva 30 años en política y pasó por nueve partidos diferentes.

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Dias reconoce que a priori su discurso y su trayectoria pueden parecer contradictorios, pero se defiende diciendo que los cambios se deben a su "esperanza" en encontrar un partido alejado de los pensamientos antiguos de los partidos de siempre.

"Me movía para huir de la corrupción, cuando olía ese olor fétido yo me apartaba", dice, remarcando que Podemos es su último intento: "Si me decepciono con Podemos no cambiaré de partido, dejaré la política".

El principal gancho electoral de Podemos es el exfutbolista y senador Romário, que hasta hace unas semanas pertenecía al Partido Socialista Brasileño (PSB), otro de los que también apoyaba a Temer antes de que estallara el último caso de corrupción.

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La popularidad del exdelantero carioca es la mejor baza de Podemos, pues en 2014 fue elegido senador con 6,4 millones de votos, y es muy probable que sea candidato gobernador del estado de Río de Janeiro (sur) en las elecciones de octubre de 2018, que se celebran al mismo tiempo que las generales.

Aunque Podemos es el caso más simbólico de las mutaciones que vive el escenario político en Brasil, no es el único.

El Partido Ecológico Nacional (PEN), de centroderecha, cambió de nombre recientemente y pasó a llamarse Patriotas.

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El cambio fue el requisito impuesto por el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro (que pertenecía al Partido Social Cristiano) y que buscaba una formación desde la que lanzarse con fuerza a la carrera presidencial.

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A pesar de su ideario abiertamente racista, homófobo y misógino, Bolsonaro aparece como número dos en las encuestas de opinión, tan solo por detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011).

Otros cambios son más leves, como el anunciado por el senador Romero Jucá para el gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

La formación de Michel Temer pasa por uno de sus peores momentos por la baja popularidad del Gobierno y los escándalos de corrupción, así que como solución para reposicionar la marca, Jucá anunció que el partido volvería a su nombre original, MDB, de Movimiento Democrático Brasileño.

"Quiero rebatir las críticas de que el PMDB estaría cambiando de nombre para esconderse; no es verdad, estamos rescatando nuestra memoria histórica, queremos ganar las calles de verdad", dijo Jucá.

El senador prometió incluso que "tendremos un nuevo programa y banderas nacionales".

Otras formaciones que apostaron por renovarse de cara a 2018 son el Partido Laborista de Brasil (PTdoB, en su sigla en portugués), que ahora se llama "Avante" (Adelante) y el Partido Social Demócrata Cristiano (PSDC), que se convirtió en Democracia Cristiana.

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Además, en la izquierda se está forjando Vamos, que más que un partido político es una especie de plataforma de diferentes partidos, movimientos sociales y sindicatos de izquierda.

Los ideólogos de Vamos sí reconocen estar inspirados en el Podemos español, y representantes de este partido acudirán a una de las reuniones fundacionales de este movimiento, que se realizará este sábado en São Paulo (sur).

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Hacen parte de Vamos, entre otros, el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), el Partido de los Trabajadores (PT), el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y la Central Única de los Trabajadores (CUT). 

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