"Edwin Rivera Paz, y otras dos personas se encontraban en México tramitando su asilo político, y habían obtenido medidas cautelares", dijo al periódico La Jornada el cónsul de Honduras en el estado de Veracruz, Raúl Otoniel Morazán.
Mientras su solicitud estaba en proceso, los jóvenes hondureños habían recibido "la calidad de ciudadanos con protección complementaria y podían estar en Acayucan, sin que fueran repatriados", explicó el diplomático al diario mexicano de circulación nacional.
Rivera Paz fue asesinado la tarde del domingo en el barrio San Diego de Acayucan, una ciudad en la ruta que corre a lo largo de las costas del Golfo de México, utilizada para el tráfico de migrantes y drogas hacia EEUU.
El camarógrafo y un acompañante fueron perseguidos y acosados por sujetos desconocidos a bordo de motocicletas, que los alcanzaron y les dispararon.
El joven hondureño recibió cinco disparos, mientras que su compañero logró huir, según afirmaron testigos.
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La víctima fue director de cámaras en el programa de comedia Los Verduleros, del periodista Igor Abisaí Padilla Chávez, quien fuera asesinado el 17 de enero en la ciudad hondureña de San Pedro Sula.
En aquella ocasión, la secretaría de Seguridad de Honduras atribuyó el crimen de Padilla Chávez a las pandillas que operan en San Pedro Sula.
El camarógrafo se refugió en el sur de México, y durante los seis meses que estuvo en Veracruz, trabajaba en documentar la vida de los migrantes en la ruta del Golfo.
"Elevamos una petición al gobierno del Estado (Veracruz) y al federal (de México) para que estos hechos no queden impunes", manifestó el cónsul hondureño.
México es considerado por organismos defensores de la libertad de expresión como el país más peligroso para el ejercicio del periodismo en el continente americano.
Un total de 80 asesinatos de periodistas han sido registrados desde 2006, 34 durante el mandato del presidente Enrique Peña Nieto, y siete en lo que va de este año.