Esta "medida quiere priorizar aún más las investigaciones de mayor potencial de daño al erario público, ya que permite un aumento de los efectivos especializados en el combate a la corrupción y al blanqueo de dinero y facilita el intercambio de informaciones", justificó la Policía Federal.
A partir de ahora los inspectores que se dedicaban a la Operación Lava Jato en la ciudad de Curitiba (sur), donde se centralizan las investigaciones, se sumarán a ese nuevo equipo compuesto por 70 agentes y que también reunirá a los agentes encargados de la Operación Carne Fraca (carne débil), que destapó los fraudes en la industria de la carne.
La policía destacó que con el cambio ninguno de los comisarios de Lava Jato tendrá un aumento en su carga de trabajo, "sino al contrario", gracias a la incorporación de nuevos efectivos.
La Policía Federal explicó en el comunicado que el modelo ya fue adoptado en otras superintendencias de otros estados (Río de Janeiro, São Paulo y el Distrito Federal, entre otros) con "resultados altamente satisfactorios".
La Operación Lava Jato arrancó en marzo de 2014 para investigar una trama de corrupción alrededor de la empresa semiestatal Petrobras y con el paso del tiempo destapó el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil.
El propio presidente Michel Temer está en el punto de mira de las investigaciones, después de que fuera denunciado por un delito de corrupción.
La Procuraduría General de la República (fiscalía) cree que el jefe de Estado recibió sobornos de los ejecutivos del grupo cárnico JBS.
Sectores de la oposición y críticos del Gobierno venían advirtiendo en las últimas semanas que el Gobierno de Temer pondría obstáculos al trabajo de la Policía Federal, que sufre recortes presupuestarios.