"Aquí no estamos para defender ni la posición del presidente, ni la posición de la oposición, ni la posición de la Procuradoría General de la República; estamos para respetar el rito de la democracia", dijo Maia en declaraciones a la prensa.
La denuncia por corrupción pasiva que la Procuradoría (la Fiscalía) presentó contra Temer llegó este jueves a la cámara baja; el presidente fue notificado y el texto se leyó en el plenario, los requisitos formales necesarios para que empiece el proceso.
"Estoy debatiendo todo abiertamente con todos los líderes, será un debate republicano, la institución tiene que ser preservada", dijo Maia.
El presidente de la cámara de Diputados integra Demócratas, uno de los partidos que configuran la colación de aliados del Gobierno Temer, pero negó que esto vaya a influir en la tramitación de la denuncia.
"No hay ninguna voluntad por mi parte, a pesar de ser de un partido de la base y aliado del presidente Michel Temer, de incumplir ni un milímetro el reglamento de la Casa y la Constitución brasileña", aseguró.
El presidente de la Cámara también pidió "paciencia" porque como no existen precedentes de un presidente denunciado durante el ejercicio de su mandato el reglamento de la tramitación es ambiguo y se va construyendo en conjunto, explicó.
De momento la denuncia pasará ahora a ser analizada en la Comisión de Constitución y Justicia, (formada por 66 diputados), donde podría permanecer entre 20 y 30 días.
En esa fase el diputado relator (que el Gobierno espera que sea de un partido aliado) elaborará un informe sobre la denuncia, que después será votado en el plenario por el total de diputados de la Cámara (513).
Para impedir que la denuncia siga su camino Temer deberá convencer al menos a dos tercios de los diputados del plenario; necesita 342 votos.
Si no lo hace será apartado de su cargo de forma automática durante seis meses, mientras el Tribunal Supremo Federal instruye el caso y le juzga.
La Fiscalía denunció a Temer por corrupción pasiva al considerar que recibió sobornos de la empresa cárnica JBS, lo que provocó el agravamiento de la crisis de gobernabilidad que vive Brasil desde hace semanas.
