Una vez que Temer reciba la notificación, tendrá un plazo de diez sesiones plenarias para defenderse en la Comisión de Constitución y Justicia, señaló el diario Estado de São Paulo.
Es ahí donde el mandatario intentará que se archive la denuncia, aunque para ello necesita el apoyo de dos tercios de los diputados (342 del total de 513 que componen la Cámara).
Si Temer no consigue el suficiente apoyo de los diputados y se vota a favor de continuar el proceso, perdería automáticamente la presidencia durante un periodo de seis meses.
En ese tiempo el Tribunal Supremo Federal juzgará la denuncia: si finalmente le absuelve, Temer volvería a la presidencia, y si le condena, sería apartado del cargo definitivamente y el Congreso Nacional elegiría a un sustituto.
El fiscal Rodrigo Janot considera que Temer recibió sobornos del grupo cárnico JBS a través de uno de sus asesores más próximos, Rodrigo Rocha Loures, que también fue denunciado.
Es la primera vez en la historia de Brasil en que un presidente en activo es denunciado formalmente por corrupción.
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Temer niega las acusaciones y sostiene que la denuncia es una "ficción" porque, en su opinión, no se basa en pruebas.