El Obelisco es un sitio obligado para cualquier visitante que llegue a la capital argentina. La imponente construcción de más de 60 metros se erige en medio de la Avenida 9 de Julio (según los argentinos, la más ancha del mundo) y es visible desde las calles diagonales que conducen a la plaza donde está ubicado y de la mítica avenida Corrientes.
De estilo racionalista, es un homenaje a la primera fundación de Buenos Aires. Esta semana, el monumento cumple 81 años. Quizás celosas de la celebridad del hito porteño, otras ciudades latinoamericanas construyeron su propio obelisco. En Sputnik elegimos algunos presentes a lo largo y ancho de la región.
En la ciudad venezolana de Barquisimeto (Venezuela), un colosal obelisco de 75 metros festeja el cuarto centenario de la fundación de la localidad. Levantado en 1952, la obra cuenta con un mirador y un reloj.
Montevideo tiene su propio obelisco, bastante más pequeño que el argentino y más parecido a los que se encontraban en el Antiguo Egipto que las enormes construcciones argentina y venezolana. Es un homenaje al primer centenario de la primera Constitución uruguaya (1830), recubierto de granito rojo y estatuas alegóricas creadas por el escultor José Luis Zorrilla de San Martín. Su inauguración fue en 1938.
El parque de Ibirapuera, en Sao Paulo (Brasil), es una de las atracciones turísticas más importantes de la ciudad. Allí hay un obelisco erguido en 1952, en homenaje a una revolución constitucionalista en los años 30. Con 72 metros, es el monumento más alto de la ciudad.