Un juez federal concedió que Mireles siga el proceso en libertad y le ordenó presentarse periódicamente a firmar, pagar una garantía económica de unos 1.500 dólares, "no salir del país, ni acercarse o comunicarse con determinadas personas", dice el dictamen.
"Su encarcelamiento parecía más una revancha, porque nunca se investigaron las causas del levantamiento, que están en la indefensión de la población ante el crimen, el vacío e incluso complicidad de las autoridades", dijo a Sputnik la directora del Instituto Mexicano de DDHH y Democracia (IMDHyD), Rocío Culebro.
Mireles padece enfermedades graves.
"Tuve dos infartos, sigo con la diabetes y problemas de la columna vertebral, fue ganancia acá adentro, no la traía de afuera", dijo el médico de 58 años al noticiario Radio Fórmula, al salir de la prisión de Nayarit (oeste).
Mireles se alzó en contra de los abusos del grupo del crimen organizado autodenominado, denunciándolos por secuestrar a empresarios, ganaderos, agricultores y por violar a niñas y mujeres.
El 24 de febrero de 2013 sus "autodefensas" capturaron a decenas de supuestos miembros de los Caballeros Templarios y los entregaron a las autoridades michoacanas.
Ausencia de estado, levantamiento y cárcel
Poco más de un año después, el 27 de junio de 2014, fue arrestado junto con medio centenar de seguidores en el puerto Lázaro Cárdenas de Michoacán, en las costas del Pacífico, por posesión ilegal de armas de fuego y explosivos.
En los siguientes años, el fenómeno de las autodefensas y la ausencia de las autoridades de seguridad pública en amplias regiones conformaron una trama en la que los límites entre las partes involucradas se fueron difuminando.
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En julio de 2014 y abril de 2015 se divulgaron videos en los que se veía al líder de Los Caballeros Templarios, Servando Gómez, apodado La Tuta (arrestado en febrero de 2015), departiendo amigablemente con Rodrigo Vallejo, hijo de Fausto Vallejo, gobernador de Michoacán entre 2012 y 2014 y del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El escritor y sociólogo Jaime Sánchez Susarrey definió entonces en una columna el problema de Michoacán como el de un "narcoestado".
En septiembre de 2015, Mireles envió un video desde la cárcel en el que afirmaba "soy un preso político", se definió.
"Estoy viendo con mucha tristeza que todos los municipios que levantamos en armas están siendo nuevamente acribillados por el crimen organizado", lamentó desde su celda.
En noviembre del año pasado, a través de su cuenta en Twitter, el líder izquierdista y precandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador envió un mensaje al presidente Enrique Peña Nieto, para pedirle la liberación de Mireles.
Liberen al doctor Mireles. Es una infamia mantenerlo preso por consigna. No a la violación de derechos humanos. No al Estado autoritario.
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) January 16, 2017
"Detenga la saña y venganza en contra de Mireles", dijo López Obrador, favorito en los sondeos hacia las elecciones de 2018.
En su mensaje de año nuevo 2017 Mireles pidió perdón por haber puesto en peligro a su familia y al Gobierno.
"Aprovecho este mensaje para pedirle perdón al Gobierno de México y a sus instituciones oficiales y no oficiales (sic), (…) por haberles faltado el respeto con las palabras o acciones, por haberlos ofendido con mis omisiones y desobediencia civil", puntualizó.
Cuatro meses después ha sido liberado bajo caución.