Las principales protestas fueron enfiladas en contra de las políticas económicas y sociales del Gobierno de Enrique Peña Nieto, los resultados de sus reformas estructurales y las precarias condiciones laborales.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y otros gremios de trabajadores protestaron en el obelisco al Ángel de la Independencia y quemaron banderas de EEUU ante la embajada de ese país con consigas contra Trump, sobre el céntrico Paseo de la Reforma.
Otros miles de trabajadores de centros de estudios superiores, y de la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios de Educación Superior, Investigación y Cultura marcharon para conmemorar el Día de los Trabajadores, en memoria de los Mártires de Chicago asesinados hace 131 años en las luchas por la jornada de ocho horas laborales.
Los manifestantes fueron vigilados por más de 3.000 policías capitalinos, sin que se produjeran incidentes.
"Ningún Gobierno está del lado de la clase trabajadora", fue el principal lema de las organizaciones encabezadas por sindicatos de telefonistas, electricistas y maestros, los de mayor tradición combativa en México, en una marcha que convocó a una multitud de más de dos kilómetros de largo desde su entrada al Zócalo hasta su retaguardia en el cruce de las emblemáticas avenidas Insurgentes y Reforma.
Otra manifestación importante fue convocada por la Unión Nacional de Trabajadores que denunciaron el pulverizado salario superado por una inflación, que se acerca al seis por ciento anual.
Los sindicalistas protestaron contra la corrupción de altos funcionarios, exigieron derogación a las reformas energética, laboral y educativa, respeto a las pensiones de jubilados, y libertad a los presos políticos de sus organizaciones.
Tradición oficialista
El sindicalismo oficialista, aglutinado en el Congreso del Trabajo, pieza clave del corporativismo mexicano fundada en 1966, también celebró su demostración callejera en la Playa Mayor, frente a la Catedral Metropolitana.
Mientras en la capital decenas de miles protestaban, el presidente Enrique Peña Nieto expresaba en un discurso que en México existe "un sector laboral en franco avance".
"Así es como estamos conmemorando el Día Internacional del Trabajo", afirmó en su mensaje desde la residencia de Los Pinos.
El mandatario aseguró que "ningún año, desde que se tiene registro, había comenzado tan bien en materia de empleo: en el primer trimestre de 2017 se crearon más de 377.000 puestos de trabajo formales".
De acuerdo con datos oficiales, la economía mexicana se expandió un 2,5 por ciento en el primer trimestre de este año respecto del mismo período de 2016, "un crecimiento superior al esperado por los especialistas", celebró Peña Nieto.
Mencionó además que las exportaciones mexicanas aumentaron el 11 por ciento en este mismo periodo, la tasa más alta en los últimos cinco años.
Finalmente, Peña Nieto expresó que en su Gobierno el salario mínimo ha tenido una recuperación en su poder de compra cercano al 13 por ciento, lo que es relevante considerando que en los dos sexenios anteriores juntos la recuperación del salario mínimo fue de sólo un 2,5 por ciento.
"La tasa de desocupación ha bajado del cinco por ciento en noviembre de 2012, al 3,2 por ciento en marzo de 2017, la tasa más baja en nueve años", celebró el mandatario.
"Si bien aún falta mucho por hacer, podemos decir con orgullo que gracias a la unidad, al esfuerzo y al trabajo responsable de todos, México sigue adelante, y así lo demuestran los resultados que juntos hemos alcanzado en estos primeros cuatro meses del año", puntualizó el presidente.
