"Es mentira que Dilma Rousseff tuviese conocimiento de cualquier situación ilegal relacionada con Odebrecht y sus dirigentes, además de los integrantes del propio Gobierno o de los que actuaron en su campaña de reelección; él (Marcelo Odebrecht) no consigue demostrar esas insinuaciones en su declaración por un simple motivo: eso nunca ocurrió; o sea, Marcelo Odebrecht faltó a la verdad", remarcaron los portavoces de la exmandataria en un comunicado.
Según su versión, a cambio el ministro maniobró en el Gobierno y en el Congreso Nacional para aprobar una medida que beneficiaba a la empresa Braskem, ligada al grupo Odebrecht.
El comunicado de Rousseff también desmiente esta presunta contrapartida: "También son falsas las acusaciones de que Dilma Rousseff tomó algún tipo de decisión para beneficiar directamente a Odebrecht (…) Todas las decisiones de su Gobierno estaban centradas en el desarrollo del país".
Los representantes de la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) remarcaron una vez más que las acusaciones son "mentirosas" y pidieron que a partir de ahora las investigaciones transcurran "con imparcialidad y transparencia", sin orientaciones para favorecer a líderes políticos.
Las causas contra Rousseff serán juzgadas en un tribunal ordinario de São Paulo, ya que al no contar con fuero privilegiado —que solo ostentan altos cargos políticos en activo— su caso no pertenece al Tribunal Supremo Federal.
"La verdad de los hechos será demostrada; las insinuaciones o mentiras, lanzadas por empresarios o ejecutivos de una constructora no distorsionarán los hechos; la verdad triunfará a pesar de los ataques", confió Rousseff.
La expresidenta es una de las personalidades que aparecen mencionadas en el caso Odebrecht acusada de ser partícipe de delitos de corrupción, igual que su padrino político, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y el actual presidente Michel Temer (Partido del Movimiento Democrático de Brasil), entre muchos otros políticos de prácticamente todos los partidos.