El papa expresó su "deseo de pronto restablecimiento de los heridos y de cuantos se han visto afectados por estas dramáticas circunstancias", a través de una carta que leyó el nuncio apostólico en Colombia, Ettore Balestrero, a su llegada a la zona de la tragedia, según declaraciones que publicó la emisora local Blu Radio.
Francisco, quien visitará el país en septiembre, expresó además que "pide al Señor que sostenga el ánimo de las autoridades y de cuantos están colaborando en los trabajos de socorro" e impartió "la bendición apostólica" para los habitantes de Mocoa.
Justamente el jueves se conoció que los rescatistas suspenderán este viernes la búsqueda de sobrevivientes, ya que se reduce la posibilidad de hallar a alguien con vida.
"Procedemos a disminuir la intensidad con la que entramos a rescatar porque, por lo general, luego de cinco días está demostrado que es muy difícil encontrar heridos", dijo el coronel Rafael Fandiño Mora, jefe de operaciones de la Defensa Civil, al diario local El Tiempo.
De acuerdo con la información oficial, 1.800 rescatistas conforman el dispositivo de búsqueda, pero esa cantidad será reducida en un 30 por ciento para pasar a apoyar a los damnificados.
Anteriormente, la Secretaría de Planeación municipal de Mocoa reveló que fueron 36 los barrios afectados y no 17, como se indicó en los reportes iniciales, al tiempo que el estatal Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses indicó que el número de muertos asciende a 306.
"Del total de víctimas mortales hay 92 niños, además se han entregado 220 cuerpos a sus respectivas familias", dijo Luis Carlos Villegas, ministro de Defensa y gerente de la reconstrucción de Mocoa.
Por ahora el número de personas que buscan a sus seres queridos se mantiene en 341, mientras los heridos alcanzan a 362.
La emergencia que golpeó a Mocoa en su parte urbana (habitada por unas 36.000 personas) se presentó en la madrugada del sábado por las fuertes lluvias que cayeron en la región y que provocaron los desbordes de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, lo que a su vez derivó en un gran alud.