Beltrán Leyva, de 46 años, pidió disculpas por su conducta y misericordia para regresar con su familia, pero el juez Richard J. Leon, lo condenó por el tráfico demostrado de cinco kilogramos de cocaína y 50 gramos de metanfetaminas, según el corresponsal del semanario político mexicano.
"Juro por Dios y por mis hijos que no era uno de los líderes más importantes del narcotráfico", dijo en español el condenado en la audiencia pública, en la que vistió un overol color caqui de reo, camiseta y tenis blancos, pelo corto y lentes.
El magistrado calificó las acusaciones como "extremadamente serias y sin precedentes" y rechazó una reducción de sentencia.
El abogado de Beltrán Leyva, Eduardo Balarezo, dijo que apelará la sentencia de inmediato y calificó de "ridículo" el monto de dinero sujeto a confiscación.
Familia de narcos
"Con la sospecha de que el gran capo se acercó al ejército mexicano, el Chapo Guzmán jefe fundador del Cártel de Sinaloa —extraditado en enero de 2017 a EEUU—, a partir de enero de 2008 comenzaron a pelear con todo por el control del cartel en una guerra intestina", prosiguió el investigador.
"Así alcanzaron una proyección internacional y comenzaron entonces a tener relaciones internacionales hacia Colombia, Panamá y Centroamérica", explicó el autor.
Alfredo Beltrán Leyva fue arrestado en enero 2008 en Culiacán por elementos del Ejército mexicano, y en agosto de 2012 fue acusado ante una corte federal de Washington de conspirar para el tráfico de narcóticos, hasta que fue extraditado por México a EEUU en noviembre de 2014.
La organización fue mermada entre 2008 y 2014, cuando los cuatro hermanos de la familia fueron neutralizados por las autoridades mexicanas, uno abatido en un choque armado y tres más arrestados.
Pero la organización no terminó con los arrestos, "lo que se acabó fue el nombre de la marca, perdió el apellido", explicó Reveles.
Los Guerreros Unidos —involucrados en la matanza de los estudiantes en Iguala— comenzaron a luchar en contra del cartel de Los Rojos.
Otro grupo narcotraficante de esa ramificación se llama Cártel Independiente de Acapulco (CIA), otra es la violenta pandilla de La Barredora, y otro fragmento se llama Los Pelones y opera en la Costa Chica de Guerrero.
"Todos esos grupos se han subdividido de la matriz del clan Beltrán Leyva y siguen operando", aseguró Reveles.