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"El extractivismo es una expresión de este modelo patriarcal que se fundamenta en la relación del poder jerárquico donde las personas sobresalen a partir de la discriminación sobre otras, en este caso las mujeres", señaló.
Por su parte Marcela Clavijo, edilesa del municipio de Chapinero, en Bogotá, dijo que Colombia debe avanzar en garantizar un sistema judicial efectivo que apoye a las mujeres que sufren violencia de género, debido al "alto nivel de revictimización y desmotivación" de quienes acuden a realizar denuncias ante las fiscalías.
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"Cuando las mujeres van a hacer denuncias, lo primero que se hace no es tomarla, sino tratar de tipificar si clasifica como denuncia o no. Para una mujer es muy difícil afrontar una situación así, encontrarse con unas barreras invisibles. No es que el funcionario diga que no, y eso desmotiva y afecta las inversiones en seguridad para las mujeres", indicó la edilesa.
"A veces las autoridades judiciales y de seguridad se asustan cuando se incrementan las cifras de las denuncias, pero no podemos seguir tapando el sol con un dedo las denuncias de las mujeres, los niños, la población LGBT, las chicas trans, las afro, las indígenas y las desmovilizadas. Tiene que seguir subiendo el pico porque es algo que no se puede invisibilizar y que afrontar en un país machista, misógino y discriminador con las mujeres", expresó la activista.
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Otro problema que enfrentan en el mundo del trabajo es la contratación por prestación de servicios, una modalidad que eligen los empresarios para eludir las obligaciones de licencia maternal y tiempos de lactancia, cuyos costos asumen las propias mujeres.
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Las trabajadoras domésticas están entre los colectivos de mujeres más vulneradas de Colombia. En el presente, "hay patrones esclavistas que se creen que se trata a la gente como en la época de la colonia". Las más afectadas en esta población son especialmente "las mujeres afro y las indígenas".
Por todos estos motivos, muchas mujeres en Colombia participaron en una marcha que terminó en un parque céntrico de Bogotá, con la presencia de altas autoridades.
"Nos podemos identificar en la misma línea de intervención de los derechos en América Latina. No es una lucha contra los hombres: es una lucha por la equidad y la igualdad de los géneros y eso se da en la medida en que sean equitativas las oportunidades", concluyó Clavijo.
