"Nadie debería ser discriminado debido a su género, identidad de género, raza, edad, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, religión, lengua, condición médica o cualquier otro motivo", indica la ONU.
Aunque en general los colectivos de minorías que son objeto de discriminación aprueban todo gesto para combatirla, también hay quien considera que la lucha contra la estigmatización y la desigualdad no debe quedarse apenas en declaraciones, explicó a Sputnik Susana Andrade, diputada suplente por el Frente Amplio de Uruguay, que formó parte de la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma de Discriminación de su país.
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"[El Día Internacional de la Cero Discriminación] obviamente tiene valor como declaración y como preocupación de los países en cuanto a la inclusión y a la equidad social, solo que la ocupación que es lo que siempre se dificulta. [El problema] no se soluciona con más declaraciones", indicó Andrade, también es una reconocida referente de las religiones afro en Uruguay.
Según Andrade "son postulados muy hermosos y muy profundos" que no deben ser minimizados, porque sirven para visibilizar los temas y ponerlos encima de la mesa. Al mismo tiempo, consideró que no se debe perder la perspectiva "sobre cuál es la capacidad de gestión frente a esos problemas", que no se pueden solucionar apenas "haciendo macrodeclaraciones".
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"No podemos dormirnos en los laureles. Obviamente hay que revertir una desigualdad estructural que viene desde la generación de nuestras instituciones, que se crearon con diferencias sociales horribles, con clasismo. Necesitamos acciones afirmativas porque hay un rezago social de sectores de la población" como los afrodescendientes o personas de origen indígena, indicó Andrade, quien además es 'mae' (sacerdotisa de la religión 'umbanda').
El país también enfrenta grandes desafíos en cuanto a la paridad de género, que afectan en ámbitos de la vida pública y privada. Uruguay es uno de los países de América con menor representación femenina en el Parlamento. Asimismo, la violencia machista y los femicidios inciden con gravedad.
"Seguimos siendo una minoría sobre una hegemonía que tiene colonizadas las cabezas y los corazones. Muchas veces no se trata de una declaración o la legislación: es lograr que haya cambios profundos en la sensibilidad y el sentir de la gente", concluyó Andrade.