"Dejé de trabajar hace tres años porque me embaracé y me dediqué a cuidar a mi hija, pero cuando quise encontrar empleo, no pude, hasta ahora no puedo", cuenta a Sputnik la joven Gina Sandoval, de 32 años, cuya familia se mantiene únicamente con el salario de su esposo.
Trabaja para una empresa de televisión por cable y recibe un sueldo básico de 375 dólares más comisiones por cada contrato, pero las condiciones han cambiado.
En los últimos 18 meses las ventas cayeron 60% y actualmente no logra juntar al mes "más de 500 dólares", asegura, lo que no le alcanza para mantener a sus dos hijas que aún estudian, y cree que si su esposa no trabajara estarían "en la ruina".
El desempleo de Ecuador no es muy elevado, pues llegó a 5,26% a fines de 2016, si bien registró un aumento de 0,46% respecto de 2015.
La economía ecuatoriana viene padeciendo la caída de los precios internacionales de las materias primas, especialmente de los del petróleo desde 2014, y la consecuente caída de las exportaciones.
A esto se sumó la apreciación del dólar, que es la moneda nacional y el terremoto de abril de 2016, un conjunto que el presidente Rafael Correa calificó como "la tormenta perfecta".
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indicó que Ecuador terminaría 2016 con una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de 2% y previó para este año un modesto crecimiento de 0,3%, si bien las cifras oficiales aún no han sido publicadas.
Ninguno de los candidatos ha mencionado cómo efectuará un necesario recorte del gasto fiscal que permita equilibrar las finanzas públicas.
"Quien sea que gane, necesitamos que nos saque de la crisis, yo soy comunicador social y tengo que trabajar como ayudante de mecánica porque llevo dos años buscando empleo y no encuentro nada", se queja Manuel Quezpe.
También se reclaman mejoras en la salud y en la educación.
Elvia López, de 80 años, quiere que el próximo Gobierno mejore los servicios de salud en la seguridad social pues actualmente espera "hasta tres o cuatro meses para que me den cita con un especialista, y no puede ser así".
"Deben dejarnos estudiar lo que queremos y que el sistema después defina si somos buenos o malos, pero no nos pueden imponer ir por otra carrera solo porque el puntaje no nos da", sostiene Paredes a esta agencia.
Algunos candidatos han anunciado modificaciones a estas normas.
Este domingo 12,8 millones de ciudadanos asistirán a las urnas para elegir a un nuevo presidente y vicepresidente, además de asambleístas provinciales y nacionales y parlamentarios andinos.