Los reclusos volvieron a ocupar los tejados de los pabellones y se amenazan entre ellos, aunque el gobierno del estado de Río Grande do Norte asegura que la situación está controlada y que no se trata de un nuevo motín.
Por este motivo el control se hace más difícil y aunque estaba prevista una batida para buscar posibles armas el Grupo de Operaciones Especiales de la Policía (GOE) tuvo que aplazarla para desplazarse a otra cárcel, la Raimundo Nonato, porque se estaba iniciando otro motín.
La rebelión de este fin de semana en la cárcel de Alcacuz duró 14 horas y fue la más mortífera en la historia del estado de Río Grande do Norte.
Según el gobierno la pelea entre los presos se restringió a dos pabellones y hay indicios de que recibieron apoyo del exterior para realizar la matanza.
La matanza se produce en el marco de una crisis del sistema carcelario que arrancó el 1 de enero en Manaos (Amazonas), donde otro motín dejó 56 muertos, presuntamente por el enfrentamiento entre dos facciones rivales del narcotráfico.