"Preparaos, porque si es necesario seré candidato otra vez; no para disputar, sino para ganar y recuperar la autoestima de este país, la economía, la credibilidad", dijo en un evento en Salvador de Bahía organizado por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).
Lula también aseguró que pretende recorrer el país para recuperar la imagen de PT y negó una vez más las acusaciones de corrupción, ya que afronta cinco procesos, tres de ellos derivados de la Operación Lava Jato.
"No voy a deshonrar a mi madre, puesto que ella me enseñó a no tomar nunca nada de nadie: yo ando con la cabeza erguida", avisó.
Parte de ese entusiasmo lo ejemplificaron los organizadores del acto; el presidente nacional del MST, João Pedro Stédile, subrayó que Lula no necesita eventos para lanzarle como candidato porque es "el candidato permanente del pueblo brasileño".
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Una encuesta de Datafolha de mediados de diciembre sobre las elecciones de 2018 apuntaba que Lula sería el favorito de los brasileños en la primera vuelta, con un 25% o de las intenciones de voto, seguido de Marina Silva (Rede), que se llevaría el 15% de los votos.
En un hipotético segundo turno vencería a todos los posibles candidatos conservadores del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), pero sería derrotado por Silva (43 por ciento frente al 34%).