La identificación se está realizando ya en la sede del Instituto Médico Legal (IML) de Manaos, pero debido a la gran cantidad de cuerpos ha habido que alquilar un camión frigorífico para almacenarlos.
Las tareas también tienen la dificultad añadida de que la mayoría de cuerpos estaban decapitados o bien descuartizados, según los relatos de las personas que pudieron entrar en la cárcel Anísio Jobim, donde ocurrió la matanza.
Familiares de las víctimas se agolpan a las puertas del IML desde la mañana del lunes en busca de informaciones sobre los presos; la Policía Militar tuvo que intervenir en algún momento para evitar tumultos.
El motín, que se inició la noche del domingo y duró 17 horas, surgió como una pelea entre facciones rivales del narcotráfico: la Familia do Norte (FDN) y el Primeiro Comando da Capital (PCC).
Es la peor matanza en una cárcel que se registra en Brasil desde el motín de la cárcel de Carandiru (São Paulo) de 1992, cuando murieron 111 personas.