"Colombia no está preparada ni tiene los mecanismos de atención suficientes para atender a las víctimas de violencia de género y, sobre todo, para que no sean revictimizadas, lo cual se evidencia desde el primer momento de atención a las víctimas de violencia sexual en los centros médicos", dijo a Sputnik la líder del movimiento Ruta Pacífica de las Mujeres, Yolanda Perea.
Cuando Perea tenía 11 años de edad debió soportar una agresión sexual de un integrante de la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
"A raíz de esa violación quedé embarazada y el mismo integrante me indujo al aborto con otro de sus compañeros; el hecho fue denunciado por mi madre, a quien después las mismas FARC asesinaron por delatarlos", recordó.
Es que "para hacerle contrapeso a la violencia hay que estar del otro lado, y ese lado es aquel en el que hemos vivido muchas afectaciones, pero que en todo caso necesita de nuestra palabra para construir memoria, para que no se vuelva a repetir lo que ya pasó", sostuvo.
Este viernes 25 de noviembre se observa en todo el mundo el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Con presencia en los departamentos de Antioquia (noroeste) y Chocó (suroeste), la Ruta Pacífica de las Mujeres ha asumido, entre otras tareas, la de recoger todos los hechos de violencia sexual y ponerlos sobre la mesa ante las autoridades estatales.
La iniciativa ha permitido que estos delitos —algunos de los cuales están relacionados con el conflicto armado— sean visibles en el exterior, al tiempo que sus aportes han contribuido a la construcción del documento base del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, en el que la violencia contra la mujer ocupa un capítulo central.
Sobrevivir y denunciar ataques con ácido
Natalia Ponce de León fue atacada con ácido por un hombre en Bogotá en marzo de 2014, lo que causó graves daños a su rostro y la llevó a ser intervenida quirúrgicamente más de 20 veces.
"Colombia está a la cabeza de las agresiones con ácido en el mundo, por encima de otras naciones como Bangladesh y Pakistán, respecto a su número de habitantes", dijo Ponce de León.
"Una agresión con ácido seguramente daría para pena de muerte en otros países, pero yo no estoy de acuerdo con esa medida porque sería un favor para el agresor; dejarlo morir es hacer hacerle un favor, en vez de un castigo", señaló Ponce de León, quien desde abril de 2015 coordina una fundación que lleva su nombre para apoyar a las personas que han sufrido este tipo de agresiones.
"El propósito es servir de puente entre las víctimas y el Estado, de manera que éste les cumpla con su salud, algo para lo cual también les brindamos ayuda jurídica", explicó.
Su imagen es hoy tan conocida en Colombia como los logros que persigue, pues su meta es colaborar en la creación de una nueva unidad de quemados, especializada en daños por ácidos.
"Según los estándares médicos, por cada dos millones de habitantes debe haber una unidad de quemados, pero en Colombia, para sus 46 millones de habitantes, solo hay tres", explicó Ponce de León.
En efecto, de acuerdo con la fiscalía, en los últimos 10 años se abrieron 34.571 procesos jurídicos por asesinatos relacionados con violencia de género, de los cuales solo hubo condena en 3.658 casos.
Tales cifras, junto con recientes actos de violencia extrema en el suroeste del país, explican por qué este viernes Colombia se movilizará contra el feminicidio y la violencia de género, con marchas en distintas ciudades del país.
