Se trata de la segunda fase de la Operación Darknet, que arrancó en 2014, y en ella participaron 300 policías con 70 órdenes de búsqueda y aprehensión de objetos en 16 estados brasileños.
El comisario de la Policía Federal Fernando Casarin explicó que entre los detenidos hay personas que intercambian material pornográfico, productores y abusadores de menores.
Entre las acciones que la policía llevó a cabo estuvo el cumplimiento de siete órdenes judiciales para evitar el posible abuso sexual de niños en los estados de Paraná, Río de Janeiro y en el Distrito Federal.