"Creo que Trump lo que va a hacer es enfatizar en la responsabilidad de la sociedad y de los gobiernos centroamericanos, que deben responder a las personas que están tratando de emigrar a EEUU; va a haber una mayor presión para que se produzcan cambios a nivel local en Centroamérica", señaló Carrera, ministro en 2013 y 2014 bajo el mandato del expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina.
En diciembre de 2015, el Congreso estadounidense aprobó un paquete por 750 millones de dólares para implementar la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de América Central, que tiene por fin promover el combate a la pobreza y el desempleo para abatir las causas de la inseguridad y frenar la emigración desde esa zona.
Pese a que Trump ha mantenido un duro mensaje en materia de inmigración durante su campaña electoral, con propuestas que incluyen la deportación de millones de indocumentados o la construcción de un muro en la frontera entre EEUU y México, Carrera considera que la Alianza para la Prosperidad no corre peligro con la nueva administración estadounidense.
"No creo que el Plan para la Prosperidad esté en peligro porque es un proceso bipartidario, republicano y demócrata, es parte de la política exterior de EEUU y ya se aprobó", recordó el también economista y exembajador de Guatemala en la Organización de las Naciones Unidas.
La migración infantil se produce por la mala situación económica de esa subregión, que empuja a los menores a buscar un sustento complementario para la familia, aunque también huyen por la violencia que afrontan a diario, ya sea institucional o intrafamiliar.
Otra de las razones de peso es la reunificación con sus familias que se mudaron a EEUU con anterioridad.
Menores mexicanos en peores condiciones
Los niños mexicanos no acompañados que llegan a EEUU generalmente son deportados sin que se les aplique un tratamiento especial, explicó Carrera, mientras que en el caso de los menores centroamericanos Washington tiene que asumir la responsabilidad de los que entran a su territorio.
Los menores centroamericanos suelen ser transferidos a albergues operados por el Gobierno o a hogares de cuidado tutelar temporal y, siempre que sea posible, son puestos en libertad, a menudo con familiares que ya viven en EEUU.
Por esas razones, las posibilidades de deportación de estos niños son más bajas y a veces el proceso se alarga hasta tres años, continuó el excanciller, situación que han aprovechado los traficantes de personas para beneficiarse de la reunificación familiar de estas personas.
"Por eso se produjo un incremento en 2014 de los niños que llegan solos a EEUU, aunque también se ha dado (un aumento) a lo largo de 2015 y este año ante el temor de cualquier resultado electoral" estadounidense, pues muchos temían que un nuevo Gobierno impusiera medidas que dificultaran aun más el proceso.
América Central es considerada como una de las subregiones más peligrosas del mundo, con tasas 33,6 asesinatos por cada 100.000 habitantes, según cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El Triángulo Norte de América Central (El Salvador, Honduras y Guatemala) está sometido a una ola de corrupción y criminalidad sin precedentes, que ha llevado los índices de homicidios a los primeros lugares mundiales.