El resultado supone una caída del 1,2% en el número de muertes respecto a 2014, aunque por otro lado el segmento de las personas asesinadas por policías tuvo un aumento del 6,3%.
Los estados más violentos del país están en la región norte y noreste: Sergipe, Alagoas, Rio Grande do Norte, Ceará y Pará encabezan el ranking.
Sergipe encabeza la lista con 57,3 muertes violentas por cada 100.000 personas, un aumento del 18,2% respecto a 2014.
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Por otro lado, el estado de São Paulo es el más seguro, hubo 11,7 muertes por cada 100.000 habitantes, una caída del 11,4% respecto al año anterior.
En su opinión, los estados en donde los gobiernos han colocado la reducción de homicidios entre las prioridades de las políticas públicas están consiguiendo buenos resultados.
Por ejemplo, el estado de Espírito Santo, que antiguamente estuvo entre los más violentos, cuenta con programas de reducción de la violencia letal y su capital, Vitória, logró ser la ciudad que más redujo los homicidios, un 43,6%.
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La violencia policial sigue siendo una lacra para Brasil: el aumento del 6,3% de personas muertas a manos de la policía eleva la cifra hasta los 3.345.
Además, 393 policías fueron asesinados en 2015, 16 menos que en 2014.
Brasil es uno de los países más violentos del mundo y una comparación del propio Anuario con datos de la ONU da dimensión de este problema.
Entre enero de 2011 y diciembre de 2015 murieron asesinadas en Brasil 278.839 personas, más que en la guerra de Siria, donde en el mismo periodo perdieron la vida 256.124 personas.