Por eso, argumenta la agencia de las Naciones Unidas, hay que generar sistemas de movilidad más eficientes para que niñas, niños y adolescentes mejoren sus oportunidades de desarrollo desde la primera infancia.
Solos o mal acompañados
A esto se suma la falta de protección, el riesgo de una mala alimentación o el cuidado a cargo de personas que no están capacitadas.
Este forzado abandono paternal también afecta a los adolescentes, según Unicef.
"Si los padres no van a estar en casa cuando los chicos vuelven del colegio, ellos pueden no hacer los deberes o pueden dedicarse a actividades que no son productivas, pueden meterse a una pandilla, dedicarse a un tipo de consumo de alcohol o estupefacientes", describió González-Alemán.
El experto subrayó que "la labor de la paternidad es un rol de estar con sus hijos, de escucharles, y no se puede dar si no están".
"Los niños que viven en las ciudades tienen muchos retos, pero también muchas oportunidades, nosotros venimos a señalar ambos", dijo González-Alemán, participante de la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible que se celebra en Quito hasta el viernes.
Más servicios de cuidado infantil
Unicef propone ampliar la cobertura del cuidado infantil de cero a cinco años o de cero a ocho años, "de forma que los padres trabajadores puedan dejar al niño en un lugar donde se puedan ocupar de él, donde tenga alimentación, un despertar cognitivo, un cuidado de profesionales", describió el experto.
"Hay dos ventanas de oportunidad en la niñez: una es la primera infancia donde el niño adquiere despertar cognitivo, las vacunas, etcétera, y luego la adolescencia, y nos parece importante que en la adolescencia los padres también estén allí", reforzó.
Transporte con equidad
La labor de Unicef se enfoca en llamar la atención a las autoridades municipales para que, cuando emprendan proyectos para mejorar la infraestructura, lo hagan considerando datos de la realidad que deberían recogerse mediante estudios para conocer cómo es la movilidad de las personas.
Otro problema del transporte público de Latinoamérica es que está muy segregado, lejos de lo que ocurre en ciudades como Nueva York, donde el metro es utilizado por ricos y pobres.
"Si se piensa en un trazado que puedan utilizar todos los ciudadanos, estás tendiendo a una inclusión social, a que todo el mundo se pueda encontrar en el transporte y ese contacto con las personas hace que se den cuenta de su situación, por eso es importante un mejor transporte público", observó González-Alemán.
Además, los medios de transporte deben ser seguros, porque "lo que queremos ver es que un niño o niña pueda viajar solo en un autobús sin riesgo de ser acosado".
Según Unicef, tres de cada cuatro niños, niñas y adolescentes de América Latina viven en zonas urbanas, lo que representa casi 115 millones de personas.