"El sector automotor considera acertada y oportuna la decisión del Gobierno de eliminar los cupos de importación de vehículos; para las empresas automotrices este anuncio representa la posibilidad de mejorar su capacidad de previsibilidad y planificación para lograr costos más eficientes que los que actualmente se derivan como efecto de los cupos", señaló el ejecutivo.
Desde 2012 el Gobierno ecuatoriano aplica un sistema de cuotas que limita la importación de automotores según su costo, por ejemplo, para 2016 el monto máximo de importación fue de 280 millones de dólares, distribuidos en 70 millones por cada trimestre.
Además, se estima que 2016 cerrará con un promedio de ventas de 60.000 unidades, mientras que en 2011, uno de los mejores años del sector, se comercializaron 140.000 vehículos.
"La eliminación de los cupos se realizó en el marco de los compromisos para concretar el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), que exigía esta eliminación", comentó Baldeón.
La reapertura de las importaciones no amenaza la estabilidad de la balanza comercial porque las condiciones actuales del mercado y de la economía impiden que los ciudadanos piensen en adquisiciones nuevas.
A las empresas "no les interesa importar por importar (o) sacar las divisas por sacar… si el mercado tampoco demanda, no hay motivo para que las importaciones se disparen", dijo el empresario.
El desequilibrio de la balanza comercial y el interés de mantener las divisas en el país, empujó al Gobierno en 2012 a limitar las compras externas de automotores y autopartes.
Pero ante la presión de la UE y de países con los que se planifican acuerdos comerciales, como Corea del Sur, el 30 de septiembre el Ministerio de Comercio Exterior anunció la supresión de la medida a partir de enero de 2017.
Según la Aeade, la situación de la industria es compleja, no solo por el límite comercial, sino por la carga impositiva y el exceso de trámites a los que está sometida.
A esto se han sumado "elementos adicionales" que generan costos para las empresas que deben "mantener su operación para un ritmo de ventas menor" aunque la industria "ha trabajado por mantener el empleo y ha tratado de optimizar los costos de operación en los demás segmentos", dijo Baldeón.
"Se convirtió en una carrera por acceder al cupo y no una competencia para ofrecer mejores condiciones en el mercado; los cupos se convirtieron en una preocupación adicional que impidieron a las empresas planificar, proyectar", manifestó el empresario.
Pero además, la limitación implica que el parque automotor no pueda renovarse y que al momento existan más de 25.000 camiones rodando en el país con una antigüedad superior a los 32 años.
Según Baldeón, las unidades antiguas consumen la mayor cantidad del subsidio que el Gobierno da a los combustibles, estimado en 300 millones de dólares anuales.
"Esto también tiene impactos en la contribución que el sector automotor genera para el fisco; en años en los que se tuvo un volumen importante de ventas, se generaron alrededor de 1.300 millones de dólares de contribución por año para la balanza fiscal", mientras ahora, "dado que el volumen de ventas ha bajado, la contribución se calcula en alrededor de 700 millones de dólares al año", dijo el ejecutivo.
La Aeade, fundada en 1946, representa a empresas y organizaciones automotrices que generan más de 56.800 empleos y reportan un volumen de negocios anual de más de 11.000 millones de dólares.