Cuatro nuevas erupciones, tres de ellas fuertes, han sido reportadas este lunes por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) y la Red Sismológica Nacional (RSN).
Tras casi mes y medio (desde el 1 de agosto pasado) en una relativa calma, este último ciclo se inició el 13 de septiembre pero los vientos dirigían la ceniza lejos de la Gran Área Metropolitana —que incluye a San José—, al noreste. Sin embargo en las últimas horas la ruta cambió hacia el suroeste y la ceniza cae sobre el Valle Central, donde los carros, calles y viviendas se llenan de material.
Las emanaciones del coloso, de tres mil 340 metros de altura —el segundo del país después del Irazú, de tres mil 432- afectan generalmente el Valle Central, asiento de la Gran Área Metropolitana, donde reside el 60 por ciento de los 4,8 millones de costarricense.
Tras más de 130 años pasivo, el Turrialba despertó en 2007 y desde el 5 de enero de 2010 presenta los ciclos más fuertes de erupciones, como las de octubre de 2014 y la del 12 de marzo de 2015, que obligaron a suspender el tráfico aéreo en esa capital.
De los 112 volcanes existente s en el país, se encuentran cinco activos: Arenal, Irazú, Poás, Rincón de la Vieja y Turrialba.
Las emanaciones del coloso, de tres mil 340 metros de altura —el segundo del país despues del Irazú, de tres mil 432- afectan generalmente el Valle Central, asiento de la Gran Área Metropolitana, donde reside el 60 por ciento de los 4,8 millones de costarricenses.
Aeris, la empresa que opera el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, concluyó la primera parte de la limpieza de la pista y se reabrió para sacar los vuelos varados de la tarde, pero se volvió a cerrar. La intención es mantener el aeropuerto en condiciones seguras para operar. El estado actual variará en dependencia de la actividad volcánica.
