Deyab "despertó ayer (miércoles) de noche y decidió continuar con su huelga de hambre sin ser hidratado con suero y sin ingerir líquidos, ante lo cual nosotros nos retiramos", explicó Galzerano, de la Comisión de Derechos Humanos del SMU especializada en asesorar, apoyar y asistir a quienes decidan tomar esta medida de lucha por razones sindicales, sociales o políticas.
Al rechazar Deyab la hidratación y ciertas medidas básicas de protección de salud, este equipo de expertos no puede actuar, pues debe guiarse por los protocolos profesionales y éticos del SMU y de la Asociación Médica Mundial, según la explicación dada por Galzerano.
"No monitoreamos huelga seca", dijo la médica.
Que el sirio de 45 años decida continuar con su medida "hasta que logre visualizar que algo cambia en su reclamo es comprensible", añadió.
El hombre, que pasó más de 12 años en la prisión estadounidense para sospechosos de terrorismo sin cargos y sin juicio, reclama ser reasentado en un tercer país, de preferencia árabe, para reencontrarse allí con su familia, que se encuentra en Turquía.
El miércoles, Galzerano y su colega Teresa Sandar llegaron al apartamento de Jihad en una visita previamente concertada con él para comprobar que ya se encontraba inconsciente.
También se le practicaron exámenes de sangre que determinaron su condición estable.
Deyab cayó el miércoles a mediodía en coma a consecuencia de la extrema debilidad causada por un mes en huelga de hambre y 13 días sin ingerir líquidos.
El Gobierno uruguayo está realizando gestiones para conseguir un país que lo acoja, pero hasta ahora sin éxito.
El canciller Rodolfo Nin Novoa viajó el miércoles a Estados Unidos para coordinar la visita del presidente Tabaré Vázquez a la Asamblea General de la ONU y realizar gestiones para que Washington contribuya en la búsqueda de un Gobierno que acepte recibir al ciudadano sirio, que tiene estatus de refugiado en Uruguay.
Sin embargo, el enviado del Departamento de Estado de EEUU para el cierre de Guantánamo, Lee Wolosky, se refirió el miércoles en duros términos a Deyab.
"El Gobierno uruguayo le ofreció todas las oportunidades para seguir adelante con su vida, y él repudió de manera lamentable la extraordinaria hospitalidad y generosidad de Uruguay", dijo Wolosky a la agencia AP.
Cuando Deyab partió de Uruguay a inicios de junio rumbo a Venezuela, el Gobierno uruguayo estaba en "un proceso muy avanzado" para traer a su esposa y tres hijos desde Turquía, según Wolosky.
Deyab, quien tiene problemas crónicos de salud, dejó Uruguay a inicios de junio y apareció en Caracas el 26 de julio pidiendo ayuda para volar a Turquía y reunirse con su esposa y tres hijos; fue detenido, incomunicado por más de un mes y deportado a Uruguay el 29 de agosto.
En su apartamento en Montevideo sigue sin estufa y sin agua caliente.