Oliveira comparece en el Senado, que ha arrancado este jueves la última fase del "impeachment", a petición de la acusación, para probar los supuestos delitos que cometió la presidenta.
Según la defensa de Rousseff el procurador publicó en sus redes sociales peticiones para asistir a protestas contra la presidenta, lo que demostraría que no es imparcial.
El presidente del Supremo ha aceptado ese argumento y ha rebajado a Oliveira de "testigo" a "informante", lo que hace que sus declaraciones pierdan valor jurídico porque no podrán ser usadas como prueba.
El procurador ha asegurado que el Gobierno de Rousseff inició en 2013 un proceso de "maquillaje de las cuentas públicas" que benefició al poder ejecutivo porque dio la imagen de un poder proveedor a pesar de que en aquella época la recaudación ya se estaba reduciendo.
Así, ha dicho, Brasil perdió el grado de inversión que otorgan las agencias de riesgo y en 2014 se acabó produciendo una "explosión" de la deuda pública que ahuyentó a los inversores extranjeros, llevando al país a una profunda recesión.