El animal fue llevado de vuelta al centro zoológico después de participar en el acto de recibimiento de la llama olímpica cuando se soltó del collar y atacó a un militar, lo que obligó a otros compañeros a disparar hasta causarle la muerte.
La muerte del ejemplar causó una ola de indignación en Brasil por tratarse de una especie en peligro de extinción y obligó al comité organizador de Río 2016 a emitir un comunicado asegurando que a partir de entonces quedaba prohibida la participación de animales en el relevo de la antorcha.
Ahora la fiscalía pide que el Ejército pague un millón de reales en concepto de “daños morales colectivos” y otros 100.000 reales por la pérdida de un animal salvaje en peligro.
Además, solicita a la Justicia que se prohíba al Ejército exhibir animales salvajes en eventos públicos sin la autorización del órgano ambiental competente.