"Cuando se pierden mercados, ya sea externos o internos, la consecuencia inmediata es la pérdida de empleos" por el cierre de empresas orientadas a la exportación", dijo Rodríguez.
El empresario sostuvo que antes de que se frenaran las exportaciones agropecuarias, "ya teníamos un sector forestal maderero golpeado, al igual que el sector textil, donde se está produciendo un fenómeno de desindustrialización. En los últimos años Bolivia ha pasado de exportador a ser importador de madera trabajada, de textiles y calzados".
Desempleo disfrazado
El presidente Evo Morales sostuvo el sábado que el desempleo viene creciendo en este país, pues en 2014 afectó al 3,5 por ciento de la población económicamente activa y en 2015 llegó al 4,4 por ciento.
Pero esas cifras, observó Rodríguez, no toman las fuentes laborales precarias, que carecen de seguridad social, beneficios laborales, horarios y seguridad industrial.
"Cuando el presidente se refería al crecimiento del 4,4 por cuento de desempleo en 2015, se estaba refiriendo al desempleo abierto; nosotros nos preocupamos por el desempleo disfrazado, el empleo de baja calidad y de autogeneración, sobre todo en el sector informal", afirmó el gerente del IBCE.
El empresariado boliviano estima que la crisis apenas comienza y espera que el Gobierno de Morales establezca un escenario favorable para una recuperación estructural de la agroindustria, según el IBCE.
De momento, las autoridades han tomado medidas de emergencia para afrontar ciertas coyunturas, como la climática.
A inicios de este mes, el Gobierno autorizó por decreto la renegociación de deudas de los productores agropecuarios que enfrentan una dura sequía.
Para Rodríguez, el decreto es insuficiente porque da respuesta apenas al tres por ciento de unos 500 millones de dólares en préstamos que están en mora con la banca privada.
Hacia 2025
En estas condiciones, será imposible cumplir el sueño de crear un millón de nuevos empleos hasta 2025, según Rodríguez.
"Si no hay mejor entorno para invertir, si no hay seguridad jurídica, si no hay políticas públicas que está demandando el sector, muy difícilmente vamos a llegar al sueño de las 45.000 toneladas de producción de alimentos para 2025 y generar un millón de nuevos empleos, que era la oferta del sector agroproductivo" de Santa Cruz, el departamento oriental que concentra la producción de alimentos, concluyó Rodríguez.
El sector empresarial espera que el Gobierno el permita importar al menos 100.000 toneladas de maíz genéticamente modificado de Argentina para abastecer el mercado interno, pues el cultivo doméstico resultó afectado por plagas y la sequía.
