"La expulsión de TeleSUR y RT de la escena mediática argentina no ha despertado mucha atención de las agencias de información, aunque la historia sería considerada un escándalo si ocurriera en un país con un gobierno progresista", apunta en su página el Consejo de Asuntos Hemisféricos, (CoHA, por sus siglas en inglés).
Tanto TeleSUR como la cadena rusa RT son medios alternativos que aseguran la pluralidad informativa en un mundo que tiende a la unipolaridad, destaca el comunicado.
La ONG —que se ocupa de "promover los intereses comunes del hemisferio"— revela que el Gobierno de la expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue, con un paquete accionarial del 20%, el segundo máximo accionista de TeleSUR, después de Venezuela.
De hecho, al censurar TeleSUR, indican los autores del comunicado, Macri se propuso silenciar el coste humano de sus políticas neoliberales, que desmontaron el sistema de protección social del país.
Este fue el motivo principal que se esconde tras la suspensión de TeleSUR y el canal RT, que se encontraban "entre los pocos medios de información que habían dado cobertura a estos temas".
"La censura directa de las dos voces opositoras en Argentina es una alarmante infracción contra la libertad de prensa en el hemisferio, que apunta también hacia otro problema más profundo: el de los dobles estándares de los medios en la cobertura del asunto", denuncia CoHa.
La organización insiste en que la suspensión de los medios alternativos de comunicación en Argentina constituye una grave violación de la libertad de prensa en Latinoamérica, y urge a que el Gobierno de Macri revise su decisión acerca de TeleSUR y RT e invite a otros medios de la región al debate.