El hombre, que vive de la venta de sus tortas fritas —bocado típico en Argentina y Uruguay—, declaró a los medios locales que su puesto fue derribado por unos desconocidos.
"Me llamó un vecino anoche para avisarme que la parrilla estaba tirada en el piso y cuando llegamos hoy con mi mujer me largué a llorar por la impotencia. Era mi herramienta de trabajo con la que me gano el pan y puedo ayudar a otra gente. Estaba todo roto, un verdadero desastre", afirmó Farías.
A pesar de la tristeza, Farías subrayó que volverá a armar su parrilla y a vender sus tortas fritas.
"No tengo idea quién pudo haber hecho esto, no creo que sea gente de acá porque nos quieren mucho, pero de una forma u otra con mi mujer nos la vamos a arreglar y mañana vamos a estar trabajando de nuevo", concluyó.
El vendedor, quien donó 100 pesos argentinos para ayudar a su país, se volvió conocido en la región tras una visita del presidente argentino Mauricio Macri a su puesto de trabajo el 11 de mayo de 2016.