Después de la medianoche del domingo, el futbolista del seleccionado mexicano de fútbol —que representó a su país en el Mundial de Brasil 2014, y jugador de la Súper Liga de Grecia—, logró hacer una llamada de auxilio, desde una casa de la delincuencia organizada, adonde fue llevado tras ser secuestrado alrededor de la medianoche del sábado, en Ciudad Victoria (unos 500 km al norte de la capital), donde visitaba a sus familiares.
En el operativo de rescate de Pulido, de 25 años, fue detenido uno de los delincuentes, y participó todo el domingo el Grupo de Coordinación de Seguridad de Tamaulipas, militares de la Defensa nacional, el grupo estatal contra secuestros, agentes ministeriales, y tres helicópteros, con agentes federales enviados por el secretario de Gobernación (Interior) desde la Ciudad de México, detalló el Procurador Quintanilla.
El rescate
Un grupo de cuatro pistoleros secuestró al jugador la madrugada del domingo, a salir de una fiesta a la cual asistió con su novia, dijo la Fiscalía de Tamaulipas.
La chica no fue secuestrada y avisó a sus amigos: "Se actuó rápido, sobre todo sabiendo quién era (el secuestrado), que se iba a hacer mucho ruido y eso nos iba a afectar", detalló Quintanilla después de la conferencia de prensa, en entrevista con el noticiario de cobertura nacional Imagen Multimedia.
La primera llamada de los secuestradores fue recibida por su familia a las 13.30 de la tarde y la segunda un poco más tarde, el domingo, dijo este lunes el fiscal de Tamaulipas.
De los cuatro secuestradores, dos cuidaban al futbolista en una casa de dos plantas: "Uno de ellos se quedó con él, y en un descuido pudo hacer la llamada", rompiendo una ventana para abrir una puerta, explicó Quintanilla.
El futbolista pudo zafarse y forcejear con un captor que lo cuidaba: "Hubo intercambio de golpes de Alan con el delincuente, habló con el celular del secuestrador al teléfono de emergencia", detalló.
Una unidad de reacción inmediata fue desplegada en tres helicópteros, dijo el funcionario, a "una casa de seguridad al sur de la ciudad, donde se logró el rescate de la víctima, y la detención de uno de los participantes, Daniel Hernández, de 38 años", originario del vecino estado de Veracruz (sur), también con costas en Golfo de México.
Pulido fue liberado en la madrugada del lunes, y el gobernador de Tamaulipas, Egidio Torres, apareció unos minutos con el jugador.
El deportista alcanzó a decir que estaba "bien, muy bien gracias Dios, estamos…", al aparecer vestido con una camiseta sin mangas y un short estampado de colores, con un vendaje en la muñeca de la mano derecha, herida al romper un vidrio.
El infierno del Golfo
Tamaulipas, es uno de los estados más afectada por la violencia del narcotráfico y tráfico de migrantes hacia EEUU, a lo largo de la ruta del Golfo de México.
Es la entidad con mayor tasa de secuestros, de los 32 estados de la federación mexicana, y ese delito creció 689 por ciento una década, entre 2004 y 2014, según datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública, publicados en abril pasado.
Un 70 por ciento de los secuestrados fueron rescatados en Tamaulipas y con base en datos de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía federal), la tasa de personadas secuestradas en ese estado es de alrededor de 40 víctimas por cada 100.000 habitantes, la más alta del país.
El secuestro y la rápida liberación de Pulido ocurren a una semana de las elecciones de gobernadores 12 estados, entre ellos Tamaulipas y Veracruz, dos enclaves políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) del presidente Enrique Peña Nieto, que se pronostican reñidas.
El gobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington, está prófugo acusado de ligas con el crimen, y el gobernador actual tuvo que asumir el cargo luego que su hermano Rodolfo Torre fue asesinado en plena campaña electoral a días de la elección hace seis años.
Los criminales de Tamaulipas están dominados por el Cartel del Golfo y el Cartel de Los Zeta, fundado por exmilitares que se dedican al tráfico de drogas, contrabando, piratería, venta de armas, explotación laboral y sexual, tráfico de personas, secuestro, extorsión y control de prisiones.
