Con esa inversión el Gobierno "cumple uno de los objetivos de la Reforma Energética, que es el de crear un sistema industrial altamente diversificado, en donde Pemex coexista y compita con empresas privadas", dijo el alto cargo federal.
En ese marco, la nueva información geológica nacional permite planificar las futuras licitaciones petroleras, lo cual es fundamental para mejorar la toma de decisiones.
Un paquete de 28 permisos a empresas exploradoras ha sido emitido para realizar mapeo con información sísmica tridimensional de última generación en el Golfo de México, dijo el responsable de la cartera federal de Energía.
Esa exploración sísmica permite "identificar nuevas oportunidades exploratorias y de desarrollo de proyectos y mejorar la información para planes de inversión de la industria de hidrocarburos", dijo Coldwell.
Exploración intensiva
Finalmente, otro avance de la histórica reforma constitucional –que abolió la nacionalización petrolera de 1938–, es la expansión de 10.000 kilómetros en la red nacional de gasoductos en los tres años del gobierno actual (2012-2018), con una inversión de 16.000 millones de dólares; para que la Comisión Federal de Electricidad y las empresas privadas construyan plantas de ciclo combinado, que ofrezcan tarifas más competitivas.
El Gobierno ha recortado unos 5.500 millones de dólares al presupuesto de Pemex este año, debido al derrumbe de los precios del crudo, de manera que la producción petrolera de México caerá un 5 por ciento en 2016.
Ese recorte presupuestal incluye dejar de producir unos 100.000 barriles diarios en costosos campos no convencionales, que no son rentables a precios actuales, ajustados de 50 a 25 dólares por barril el mes pasado.
La producción petrolera de México bajará así de un promedió 2,27 millones de barriles diarios (b/d) en todo 2015, a 2,13 millones de b/d en 2016, es decir un total de 140.000 b/d menos en promedio anual, según el anuncio de Pemex.
Descartando la actual crisis de precios, México ya se proyecta hacia el año 2022, cuando espera relanzar su producción a un mínimo de 2,50 millones b/d, o un máximo de 2,60 millones de b/d, es decir alrededor de 300.000 barriles más en seis años, dijo el nuevo director de Pemex, José Antonio González, quien asumió el cargo a principios de febrero.