MOTEVIDEO (Sputnik) — "La MACCIH no es precisamente lo que reclamamos y tiene enormes debilidades comparada con la CICIH (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras), pero nace por la lucha social, no por iniciativa del Gobierno", dijo a esta agencia el dirigente de la Oposición Indignada, Ariel Varela.
Pero dista de tener las potestades de investigación que deseaban los movimientos que pidieron en 2015 una CICIH similar a la que funciona en Guatemala, coordinada por la Organización de las Naciones Unidas y que ha logrado avances contra la impunidad.
Varela fue uno de los invitados el lunes al acto de presentación de la MACCIH en un hotel céntrico de Tegucigalpa, y este martes dialogará con el coordinador de la Misión, el jurista Juan Jiménez Mayor, junto a representantes de otros sectores que han encabezado las protestas anticorrupción.
En esos encuentros, la Oposición Indignada se centrará en "la conformación de la unidad de investigación de la MACCIH, que es nuestra prioridad", dijo Varela.
La unidad de investigación y el observatorio hacen parte de las cuatro divisiones de la MACCIH: prevención y combate a la corrupción, reforma de la justicia penal, reforma político-electoral y seguridad pública.
Varela sostiene que "la sociedad está aguardando la instalación de la MACCIH y forzaremos a que dé resultados".
"Si el Gobierno de Juan Orlando Hernández obstaculiza su labor, eso sería detonante para que lo reporte el observatorio ciudadano, se levante la misión y la presión social continúe con más fuerzas", una coyuntura "en la que el Gobierno perdería el apoyo internacional", observó el activista.
Bajo control
Las protestas estallaron en Honduras cuando se denunció un desfalco de 350 millones de dólares al Instituto Hondureño de Seguridad Social, destinado a financiar la campaña electoral del actual mandatario, del conservador Partido Nacional.
Miles de personas salieron a las calles a reclamar la renuncia de Hernández y la creación de una comisión con poderes policiales y fiscales similares a la de Guatemala.
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Pero el Gobierno, con apoyo de la OEA, intentó controlar el proceso proponiendo un organismo como la MACCIH, "carente de autonomía" y con "el abierto apoyo del Departamento de Estado (cancillería) de EEUU", criticó el experto Alexander Main, miembro asociado del Center for Economic and Policy Research, un centro de pensamiento con sede en Washington.
Más vale malo conocido
Para Main, el apoyo de la Casa Blanca a Hernández obedece al "temor a las posibles alternativas", como el izquierdista Partido Libertad y Refundación, del derrocado expresidente Manuel Zelaya (2006-2009) y que logró un segundo puesto en las elecciones de 2013, o el derechista y también nuevo Partido Anticorrupción, que resultó cuarto.
En su opinión, "la política de EEUU hacia Honduras se opone a cualquier alteración del statu quo, en especial cuando emerge un desafío político desde la izquierda", sobre todo por la forma en que Washington percibe sus intereses geopolíticos.
Puesto que el Partido Liberal, al que pertenecía Zelaya y varios de cuyos líderes apoyaron el golpe de 2009, sigue sumido en la confusión, EEUU se volcó al Partido Nacional.
En este contexto, que la MACCIH logre algo dependerá de una voluntad política escasa en el Gobierno de Hernández y en la Casa Blanca, que en el momento más caliente de las protestas del año pasado hizo proclamar a su embajador en Tegucigalpa que las relaciones entre los dos países pasaban "quizás por el mejor momento de la historia", observó Main en una columna publicada en el diario estadounidense The New York Times.
Rendición de cuentas
Para conseguir que esos fondos se liberen, el Departamento de Estado debe certificar que Honduras este dando "pasos efectivos" para cumplir esas condiciones, como "combatir la corrupción, lo que incluye investigar y juzgar a funcionarios gubernamentales sobre los que hay sospechas firmes de venalidad", indicó.
No sería la primera vez que los legisladores congelen la ayuda a Honduras "y será interesante observar cuán lejos están dispuestos a llegar en esta
El verdadero partido, con todo, se juega en Honduras. "Estamos dando grandes pasos, pero será una lucha larga y continua", observó Varela.
La MACCIH tiene un mandato de cuatro años, lo que dura el convenio firmado entre la OEA y el Gobierno de Honduras, y su funcionamiento se financiará con aportes de la comunidad internacional.
Cualquiera de las dos partes puede darle fin con un preaviso de 60 días.