"Es un poco extraño que se tenga que presionar, en particular al Papa, con lo que tiene que hacer", dijo Lombardi en conferencia de prensa, ante la reiterada pregunta sobre el encuentro solicitado por los familiares y abogados de los jóvenes desaparecidos tras una masacre perpetrada por policías y narcotraficantes cómplices en septiembre de 2014.
El representante del Pontífice señaló que "el Papa habla con todos con gran compresión y cercanía con todos los que sufren violencia, él tiene en su corazón a cada uno de ellos, es consciente de la tragedia de los 43 (jóvenes desaparecidos) y de muchas tragedias a otras personas que sufren".
El portavoz evocó los mensajes de Francisco a las víctimas del crimen organizado, del narcotráfico y la corrupción, hechas con vehemencia desde el inicio de la visita, hace cuatro días, "sin hacer diferencias de si algunos sufren más y otros sufren menos".
Según Lombardi, el Papa está consciente del dolor de todas las personas, familias de las víctimas de la violencia y el crimen organizado, incluidos los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, en el sureño estado de Guerrero; pero "a la misa en Ciudad Juárez todos son bienvenidos, y los que no vienen son libres" de rechazar la invitación, puntualizó.
La visita del papa Francisco es pastoral, está dirigida a todos los mexicanos, "así lo hemos entendido desde su primer discurso, se refirió a todas las autoridades del país, a toda la sociedad, es un mensaje de responsabilidad para todos".
La insistencia de Ayotzinapa
Vidulfo Rosales, abogado de los familiares de los 43 normalistas, dijo que las familias esperaban reunirse este domingo con el Papa Francisco, a quien buscaron a través de sacerdotes jesuitas que sostuvieron un encuentro con el domingo con el pontífice en una reunión privada, en la nunciatura Apostólica de la Ciudad de México.
Las organizaciones sociales en Ciudad Juárez, entregarán al Papa Francisco una carta donde le piden que se pronuncie acerca de los mexicanos que "sufren amenazas, tortura, pobreza, mujeres que viven violencia, familiares de mujeres víctimas de desaparición y feminicidio".
El primado de la Iglesia Católica ha expresado severas críticas al crimen organizado, el narcotráfico, la corrupción y la exclusión social, la pobreza y la marginación de los indígenas.
Tras la inédita visita papal a una región indígena en Chiapas, fronteriza con Guatemala, Francisco visitó en la tarde del lunes la tumba del obispo Samuel Ruiz, para reivindicar a un representante de la Teología de la Liberación, defensor de la opción por los pobres e indígenas, rechazado por sus dos antecesores, los conservadores Juan Pablo II y Benedicto XVI.