"Sputnik es un conglomerado informativo de total importancia en la actual coyuntura de un mundo multipolar. Muestra un punto de vista que no debe ser necesariamente compartido por los grandes medios hegemónicos en el mundo, pero que debe ser respetado", afirmó el politólogo.
El CEPA, con sede en Washington y financiado por el Gobierno de EEUU y grandes corporaciones, publicó un estudio dedicado a lo que llama "propaganda rusa" en Europa, y en el que el autor Ben Nimmo calificó de "tabloide" a la agencia Sputnik por llevar adelante una presunta "actividad anti-establishment".
Para Karg, si no existiera Sputnik, la información que llegaría a América Latina sería de cables provenientes de Washington condenando las acciones rusas sin conocer otras versiones de la información.
"Un ejemplo concreto: de no existir Sputnik, ¿qué información hubiese llegado a América Latina sobre la reunificación de Crimea? Todos cables provenientes de Washington, condenando esa acción, y no dando cuenta de la historia que une a ese territorio con la Federación Rusa", explicó.
Por otro lado, para Karg, si el informe del CEPA busca callar a la agencia de origen ruso, "no parecería ser lo más conveniente en la actual dinámica global, donde tienen que ser escuchadas todas las voces".
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Sputnik, que produce información desde noviembre de 2014, se define como "un importante grupo de medios, que se apoya en modernos centros multimedia en decenas de países y que pretende plasmar en la información los principios de un mundo multipolar, en el que se respeten los intereses nacionales de cada país, su cultura, historia y tradiciones".