Según la activista, Brasil perdió una gran oportunidad en 2014 cuando las negociaciones para que este país recibiera liberados de Guantánamo acabaron fracasando.
En este aspecto, la activista citó el ejemplo del vecino Uruguay como "el primero en encarar con decisión la cuestión de Guantánamo al acoger a seis presos" y recordó la "necesidad de que países con el peso de Brasil intercedan ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos", una tarea en la que Brasil "debería asumir su responsabilidad".
Las autoridades estadounidenses aceleraron en los últimos meses la liberación de reclusos; el miércoles dos de ellos fueron enviados a Bosnia y a Montenegro, con lo que la población carcelaria de Guantánamo llegó a 91.