Según informó este jueves el diario brasileño "O Estado de Sao Paulo", la reunión entre ambos líderes se produjo en la noche del pasado martes junto al ministro de Casa Civil, Jaques Wagner, así como el presidente nacional del PT, Rui Falcao, y sirvió para que Lula aconsejase a Rousseff sobre las medidas políticas, económicas y estratégicas de cara a un difícil 2016.
En este sentido, Lula se mostró favorable a que el gobierno "vendiese todo el pescado" en el mes de enero sugiriendo que Rousseff ofreciese incentivos a sus aliados en el Congreso de los Diputados, especialmente los diputados fieles al gobierno en el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), con el objetivo de ganar su fidelidad en caso de que el juicio político llegase a ser votado en sendas cámaras del Congreso Nacional.
Otro de los consejos de Lula fue el de continuar con la gira de Rousseff por los estados de Brasil donde el PT goza de mayor apoyo electoral, regiones del Nordeste y Norte, con el objetivo de hacer visible a la opinión pública la entrega de viviendas sociales del programa "Minha Vida, Minha Casa" que a pesar de la crisis deberá seguir siendo el estandarte de las políticas sociales del gobierno del PT.
Por último, tanto el expresidente como Falcao recomendaron la creación de medidas económicas concretas, una especie de nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), que insuflasen ánimo a los ciudadanos, reforzasen los lazos del gobierno con los trabajadores del país y mitigasen los efectos sociales provocados por la oleada de despidos masivos en 2015 la cual sumó un total de 500.000 en todo el país.