El avión caído, del tipo Su-30MK2, era uno de los dos cazas lanzados en persecución de una aeronave sospechosa de servir al narcotráfico en la frontera con Colombia la noche del 17 de septiembre, cuando las condiciones del clima habían empeorado tanto en la base de operaciones como a lo largo de la ruta y en el lugar del accidente, se indicó.
Los tripulantes, capitanes Ronald Ramírez y Jackson García, ascendidos post mortem al grado de mayor, eran experimentados pilotos de reconocido profesionalismo, recordó el texto que elogió su arrojo y sentido del deber.
La caja registradora de los datos de vuelo del avión siniestrado fue examinada por técnicos de la empresa rusa Novosibirsk, añadió el documento divulgado por Padrino.
El aparato siniestrado hacía parte de un conjunto de 24 Sukhoi comprados a Rusia a partir de 2006.
El presidente Nicolás Maduro ordenó negociar con Moscú la reposición del caza y la compra de otros 12 para completar una flotilla de 36 aeronaves. Padrino informó un mes atrás que para reforzar la flota se dispondrá de 480 millones de dólares.