La secta “El cuerpo místico de Cristo”, formada por 650 personas de distintos países de Centroamérica, no permite a los niños asistir a las escuelas, a la espera de la llegada de Jesucristo y del “rapto divino”.
El grupo, que vive en una pequeña población a más de 200 km de la capital, Managua, es liderado por el pastor Javier Sánchez, quien está actualmente preso.
La comunidad espera la venida del Espíritu Santo en cualquier momento hasta la próxima primavera. El rapto divino significa que, llegado el momento del fin del mundo, los verdaderos creyentes serán arrebatados por el Señor.
Pero mientras que los 11 pastores viven en casas de cemento con todos los electrodomésticos e Internet, los demás viven en chozas de palma y madera y duermen en hamacas.
Según denuncia El Nuevo Diario de Nicaragua, los miembros de la secta llegaron de distintos países centroamericanos, vendieron todos sus bienes, electrodomésticos, vehículos, y le dieron el dinero a los pastores, que lo administran.
Los adultos no solo no permiten que los niños vayan al colegio, sino que no aceptan a los médicos. Los niños no están vacunados y se han dado casos de varicela, lo cual genera el peligro de una epidemia.
"Los niños tienen derecho a recibir salud y educación y a la protección de una familia y esa legislación se tiene que cumplir", señaló Rosario Murillo, la primera dama de Nicaragua, coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía