"Honrar las deudas, pero no a costa de la miseria del pueblo", dijo el lunes Cristina Fernández de Kirchner, en su último discurso como presidenta de Argentina, ya que su mandato termina el 10 de diciembre.
La mandataria centró su intervención en denunciar los procedimientos de los fondos buitres que reclaman parte de la deuda soberana de Argentina "con la complicidad de ciertos sectores de la justicia de este país", afirmó refiriéndose a Estados Unidos.
Dos veces mencionó Fernández la resolución de la Asamblea General de la ONU del 10 de septiembre sobre la reestructuración de las deudas soberanas, iniciativa de Argentina para limitar el poder de las instituciones financieras y permitir el "regreso de la política" a la conducción de los asuntos económicos.
"Los muertos no pagan las deudas", dijo la presidenta parafraseando a su marido, el expresidente Néstor Kirchner, y recordando los padecimientos de su país a raíz de la crisis económica que estalló en 2002.
Contra el tabaco y Philip Morris
En otro orden de cosas, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, arremetió contra otro poder fáctico: la industria tabacalera.
El país sudamericano se enfrenta a una denuncia de la multinacional estadounidense Philip Morris contra la política antitabaco implementada entre 2005 y 2010 por el propio Vázquez, médico especialista en cáncer.
"El vector del tabaquismo no son los mosquitos, ni las aves, ni las ratas, sino la industria tabacalera que para multiplicar sus ganancias no tiene ningún prurito en matar a sus propios clientes", dijo Vázquez a la Asamblea General.
El presidente uruguayo recordó que su país se enfrenta a pagarle una suma millonaria a Philip Morris si prospera la demanda ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial.
"No es ético que en algunas circunstancias tribunales de organismos multinacionales puedan priorizar aspectos comerciales en la defensa de un derecho fundamental, como es la salud y la vida", denunció Vázquez.
El presidente sostuvo que un millón de latinoamericanos morirán anualmente de cáncer para 2030 y que más de siete millones de personas en todo el mundo correrán la misma suerte.
La mano sucia de Chevron
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, hizo una reflexión sobre la necesidad de una "justicia ambiental" en el mundo e invitó a los participantes en la Asamblea a visitar Ecuador y comprobar lo que representa en algunos territorios la contaminación o "la mano sucia de Chevron".
La empresa Texaco (adquirida por Chevron) contaminó más de dos millones de hectáreas de tierras, ríos y acuíferos en la Amazonia ecuatoriana entre 1964 y 1992. La justicia ecuatoriana condenó a la multinacional a pagar 9.500 millones de dólares a los pobladores de la zona, sentencia de 2013 que Chevron se niega a cumplir.
"Ecuador hace un llamado a los Estados miembros a participar en la elaboración de un tratado vinculante para sancionar a esas transnacionales que vulneren los derechos humanos y atenten contra los derechos de la naturaleza", dijo Correa ante la Asamblea General el lunes, repitiendo varias veces el nombre de la multinacional.
