"Mañana va a Caracas (un) equipo de finanzas de Colombia para ver los correctivos que permitan erradicar el ataque a la moneda" venezolana, dijo este martes Rodríguez desde Trinidad y Tobago, a donde viajó con otros ministros para repasar convenios de cooperación.
Venezuela considera que su moneda, el bolívar, es víctima de un ataque especulativo para favorecer el contrabando hacia Colombia de productos subsidiados en el lado venezolano.
La reunión de este miércoles en Caracas fue pactada por los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, y Nicolás Maduro, de Venezuela, durante su encuentro el lunes en Quito para detener la confrontación política que llevaba un mes, y reemplazarla con una nueva relación de trabajo.
También acudirán a la capital venezolana autoridades de Defensa de Colombia buscando "acabar con el paramilitarismo y fijar un plan de seguridad integral que permita contener el narcotráfico en la zona limítrofe", dijo Rodríguez.
Según lo acordado en Quito, "la idea es que los ministros de las áreas sensibles se reúnan y se pueda avanzar en los temas que han complicado la situación en la frontera. Esto puede ser a corto y a mediano plazo", explicó la canciller colombiana María Ángela Holguín.
"La progresiva normalización… se dará en la medida en que los acuerdos avancen, y el punto más difícil de resolver es el de los diferenciales cambiarios", estimó Roy Daza, diputado oficialista venezolano en el Parlamento Latinoamericano, en declaraciones a la emisora local Unión Radio.
Venezuela tiene un régimen de cambios múltiples por el que productos como gasolina o alimentos resultan decenas de veces más baratos que en el país vecino, lo cual estimuló durante años una intensa corriente del llamado contrabando de extracción.
"Esperamos que la reunión de ministros de Venezuela y Colombia avance para restablecer la actividad comercial, industrial, de transporte y el suministro de alimentos, todo lo cual se ha reducido desde agosto", dijo a Sputnik Nóvosti el dirigente del gremio empresarial Fedecámaras en el suroeste andino, José Rozo.
Venezuela cerró todos los pasos carreteros entre ambos países y colocó bajo estado de excepción a 23 municipios de frontera para combatir a bandas de narcotraficantes, paramilitares y contrabandistas.
Durante semanas, Bogotá y Caracas se culparon recíprocamente por la crisis fronteriza, marcada por la deportación de unos 1.500 colombianos indocumentados y el regreso a su país, por sus propios medios, de otros 19.000.
