Así lo habría confirmado al periódico local Extra el comisario del 44º Departamento de la Policía Civil de Río de Janeiro, Roberto Ramos, quien explicó que la sospecha sobre el origen de la droga se debió a que los 100 fardos de base libre de cocaína para crack y los 50 de cocaína pura presentaron un curioso emblema con forma de caballo al galope.
"Estamos investigando el origen y quienes serian los destinatarios de este material", dijo Ramos: "Es una droga de gran valor económico valorada en 1,2 millones de reales y con seguridad su interceptación ha supuesto un gran golpe a los traficantes de esta parte de la ciudad", explicó el agente en referencia a las facciones de narcotraficantes que habrían establecido vínculos estrechos con sus suministrados al otro lado de las fronteras de Bolivia y Paraguay.
Con más de 200 millones de habitantes y una frontera común de 3.100 kilómetros en plena región amazónica, los Gobiernos de Brasil y Bolivia intentan desde diciembre de 2011 controlar el contrabando de droga en sus fronteras mediante el uso de drones y tecnología vía satélite, algo que no ha evitado la prosperidad de un negocio respaldado por las grandes facciones del narcotráfico brasileño con ramificaciones en los países vecinos como el Comando Vermelho (CV) de Río de Janeiro o el Primeiro Comando da Capital (PCC) de Sao Paulo.
El pasado mes de junio, el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, y su homólogo de Bolivia, Carlos Romero, ratificaron sus acuerdos en materia de prevención al narcotráfico, trata de personas e inmigración ilegal en sus fronteras, un problema que Brasil no descarta atajar mediante operaciones militares similares a las que practica periódicamente en la frontera con Paraguay como la Operación Ágata 9 que el pasado mes de julio movilizó a 4.200 militares en la frontera.
"Tenemos fronteras comunes y necesitamos retomar la coordinación del trabajo, no podemos permitir que los criminales campen a sus anchas y se apropien de las personas", explicó Cardoso: "Las organizaciones criminales se aprovechan de la explotación de la miseria y crean problemas gravísimos de seguridad", sentenció.
Todo hace pensar que la proximidad de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016 estarían actuando como estímulo para el mercado de la droga en esta ciudad brasileña y que las diferentes facciones que en ella trabajan (Comando Vermelho, Amigos Dos Amigos y Tercero Comando Puro) estarían asegurando su suministro de cocaína, la droga más valorada por las personas de alta renta de la ciudad, y, en especial, de los entre 500.000 y un millón de turistas que visitarán la ciudad durante el evento deportivo y que son vistos como potenciales compradores.