Gobierno de Uruguay ante las contradicciones de política para refugiados sirios

Cinco familias de refugiados sirios levantaron el campamento enfrente del edificio presidencial luego de que representantes del Gobierno prometieron analizar la situación de cada familia, pero continúa el debate sobre la política de refugiados y las promesas que el gobierno de José Mujica hizo al contingente que llegó en octubre de 2014.

"Yo pedí que me trajeran campesinos y me trajeron clase media, relativamente acomodada y por esa misma situación esa gente sufre mucho y no se adapta porque tienen un apego cultural y una forma de vivir (…) se da cuenta que no son laburantes, laburantes de labores corrientes", dijo el expresidente de Uruguay y senador, José Mujica, al programa televisivo Código País esta semana.

Sin embargo, el secretario de Derechos Humanos de la Presidencia de Uruguay, Javier Miranda, coincide solo en una parte con Mujica en tanto que el Gobierno había solicitado un perfil agropecuario, pero discrepó con que "si quieren trabajar", en declaraciones al programa Desayunos Informales.

Por otro lado las familias reclaman que no tienen los que se les prometió, aseguran que Uruguay es un país caro e inseguro y quieren regresar a su país para poder migrar hacia algún punto de Europa, como Alemania o Suecia reseña El Observador.

El Gobierno brinda apoyo económico que depende de la cantidad de integrantes y alterna entre 35.000 pesos (1.200 dólares aproximados) y 70.000 pesos (2.400 dólares) a los más numerosos, según estudios realizados por la Facultad de Economía de la Universidad de la República del Uruguay.

La calidad de refugiados en los pasaportes de los sirios les permiten salir de Uruguay pero no les asegura el ingreso al resto de los países.

Cuando Tabaré Vázquez ganó las elecciones presidenciales solicitó a José Mujica que postergara la llegada de nuevos refugiados hasta que el nuevo ejecutivo pudiera analizar la situación.

En julio de este año el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, confirmó la llegada de 72 ciudadanos sirios para antes de fin de año porque Uruguay no podía caer en un "default humanitario".

El programa del Gobierno para reasentar las familias sigue en pie y está previsto que a fines de noviembre llegue la nueva delegación proveniente del Líbano, dijo Miranda a El Observador.

Breve estadía

En octubre del año pasado Miranda y Mujica encabezaban la operación para traer a los refugiados y había un consenso en la sociedad de la buena acción humanitaria.

En principio todas las familias se alojaron en un hogar de la comunidad de sacerdotes de los Hermanos Maristas, pero por problemas de convivencia el Gobierno reubicó a las familias, tres grupos quedaron instalados en Montevideo y otros dos en el interior.

Unos meses después ya solicitaban regresar a su país y una mujer del contingente tuvo dos intentos de suicido luego de que recibiera vídeos desde Siria de cómo decapitaban a su pareja, reseñó la prensa local.

En el departamento de Maldonado (sureste), donde se aloja una de las familias, se recibieron denuncias de que solo los hijos varones asistían a la escuela, lo que derivó nuevamente en la mediación de los representantes del Estado uruguayo para que cumplieran la ley que obliga a que todos los niños asistan a la primaria.

"Ha faltado ese trabajo de mediación cultural, de trabajo con ellos conociendo sus claves; cómo vivían en Siria, qué tipo de cultura, qué tipo de orden político están acostumbrados a manejar" dijo la especialista en cultura árabe y que también formó parte del equipo que seleccionó a las familias al programa radial En Perspectiva.